De la A a la Z (25)

Relación de términos y expresiones (incluidos insultos)  de nuestra historia.

BIFAZ:

Palabra procedente del término latino bifax (de dos caras).

Útil lítico de forma almendrada, tallado por sus dos caras y con aristas cortantes, característico especialmente del Paleolítico Inferior y Medio. Los bifaces fueron las primeras herramientas prehistóricas reconocidas como tales.

Servía para cortar, raspar y perforar otros materiales.

Se trata de una piedra de gran dureza, generalmente sílex, que era tallada por ambas caras hasta conseguir una forma triangular con una base semicircular.

La palabra es utilizada por primera vez en 1920 por el anticuario francés V. de Pradenne y el término​ convivió con la expresión «hacha de mano», propuesta por G. de Mortillet mucho tiempo antes. Sin embargo no debe identificarse bifaz con hacha.

Los bifaces más antiguos conocidos proceden del continente africano (sur de Etiopía) y datan de aproximadamente un millón novecientos mil años y son toscos, rudimentarios, gruesos y escasos. Los bifaces de contornos simétricos datan, en esos mismos lugares, de hace aproximadamente un millón doscientos mil años.

En Europa, y más concretamente en Francia e Inglaterra, los bifaces más antiguos no aparecen hasta el interglaciar Günz-Mindel, de hace 750 000 años.

«Excalibur»

Bifaz encontrado en la Sima de los Huesos de Atapuerca (Burgos)

Está realizado en cuarcita roja y parece que fue una ofrenda a los muertos.

(www.quhist.com)

No es un instrumento muy exigente respecto al tipo de soporte, ni de roca. Admite la improvisación y las correcciones, sobre la marcha, sin necesidad de planificar excesivamente y, sobre todo, no es necesario un aprendizaje largo ni sacrificado.

Todo unido, ha facilitado que los objetos de talla bifacial sean extremadamente persistentes a lo largo de toda la Prehistoria. A esto, se une su falta de especialización funcional, siendo potencialmente eficaces en una enorme variedad de tareas, desde las más pesadas, como cavar la tierra, talar un árbol o romper un hueso, hasta las más delicadas, como cortar una articulación, filetear la carne o perforar diversos materiales.

BIGARDO:

Palabra procedente del término “begardo” y éste del término francés “begard” (monje mendicante).

Vago, holgazán, vicioso y de vida licenciosa. Era como un insulto a ciertos frailes.

El Diccionario de Autoridades indica que era el nombre injurioso con que el vulgo malamente se burla y denosta a los religiosos, faltando al respeto y equivocándolos con el término Begardos (herejes antiguos), escandalosos y obscenos que obligaron al papa Juan XXII a perseguirlos. Los Begardos eran los seguidores de doctrinas  análogas a las de los gnósticos iluminados que, en los siglos XIII y XIV y defendían la impecabilidad del alma humana cuando llega a la visión de dios, lo cual se creía posible en esta vida.

Decíase de los frailes desenvueltos y de vida libre.

Imágenes de clérigos medievales que se daban al buen vivir.

(www.unsurcoenlasombra.com)

BIGORNIA:

Palabra procedente del término latino “bicornia” (de dos cuernos)

Yunque con dos puntas opuestas.

Instrumento de hierro de que usan los herradores y cerrajeros para machacar y adobar el hierro y los plateros para la plata.

Los de la bigornia”: era una expresión que servía para señalar a gente pendenciera que andaba en cuadrilla para hacerse temer.

Bigornia realizada en bronce.

(www.arthifer.es)

BIGOTE:

De origen incierto, parece resultar de la frase germánica “bei Gott” (por Dios).

Era un juramento empleado por los soldados alemanes mientras se llevaban la mano a la zona facial comprendida entre el labio superior y la nariz.

Según el diccionario de Joan Corominas existía en toda Europa la costumbre de blasfemar mientras se bebía cerveza diciendo “bi god” y los hispanos relacionaron esta costumbre con los mostachos mojados.

El bigote, a través de la historia, ha sido considerado símbolo de hombría y virilidad, pero también ha sido indicativo de clase, sabiduría, autoridad o poder, según el momento y la sociedad donde se le ubique.

 Francisco Fernando de Habsburgo (1863-1914)

Archiduque de Austria.

(www.escademic.com)

Hay indicios de que la moda del bigote, apenas conocida en Castilla en el siglo XV, se introdujo en la península Ibérica desde Francia.

Estuvo de moda siglos atrás en los ejércitos de numerosas naciones, con gran variedad de estilos. En general, los hombres jóvenes y los de grados inferiores llevaban pequeños y menos elaborados bigotes; los oficiales de alta graduación y los veteranos portaban espesos mostachos.

En algunos países fue obligatorio, para los soldados, dejar crecer el bigote. El ejército británico, por ejemplo, prohibió el rasurado del labio superior, en todos los grados, desde el siglo XIX hasta que el reglamento fue abolido mediante una Orden del ejército de 6 de octubre de 1916.

BIMBA:

Voz onomatopéyica

Sombrero de copa.

Bimba. Sombrero de copa.

(www.pintarest.es)

BIRLAR:

Palabra procedente del término latino pirulus y de pirum.

En el juego de bolos, tirar por segunda vez la bola desde el lugar donde se detuvo la bola la primera vez que se tiró.

Hurtar algo sin intimidación y con disimulo.

Matar o derribar a alguien de un golpe o un disparo.

Juego de bolos, con el miche (bolo más pequeño) y las bolas.

(www.rutavadiniense.com)

BIRLIBIRLOQUE:

Abreviación de birliqui-birloque

Es una fórmula alternante de creación expresiva.

Se utiliza en la expresión “por arte de…” (por arte de encantamiento).

Portada del libro de José Bergamín: «El arte de birlibirloque»

(www.libros_antiguos_alcana.com)

BIRLOCHO:

Del término italiano biroccio (carreta de dos ruedas)

Carruaje ligero y sin cubierta, de cuatro ruedas y cuatro asientos, abierto por los costados y sin

portezuelas.

Birlocho ministerial.

Coche abierto con capacidad para cuatro personas.

(www.flickr.com)

BIRLONGA:

Palabra procedente del francés antiguo  “berlenc” (tabla)

Es una variedad de juego de cartas antiguo.

Se utiliza con la expresión “a la …” (a la suerte, al descuido, a lo que sale)

Con la expresión “andar alguien a la birlonga” decimos que anda a la suerte y a lo que sale, sin dedicarse a nada de provecho.

Portada del libro «Los juegos de cartas antiguos y modernos».

Editado por Garnier Hermanos en París.

(www.articulo.mercadolibre.com.ar)

Para la realización del presente artículo se han tenido en cuenta los siguientes documentos:

– AA.VV.: “Diccionario de Lengua Castellana”. Madrid. Real Academia de la Lengua. 1776

– AA.VV.: “Diccionario de Lengua Española”. Madrid. Real Academia de la Lengua. 2014

– COROMINAS, J.: “Breve diccionario etimológico de la lengua castellana”. Editorial Gredos. Madrid 1987

 

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