PERSONAJES HISTÓRICOS (31)

Relación de personas que han tenido que ver con nuestra historia.

 

CARRILLO DE ALBORNOZ, Gil (1581-1649)

Cardenal, embajador, gobernador y abogado.

Nació en Valladolid, siendo miembro de una familia de la nobleza media. Fue hijo de Francisco de Albornoz, caballero de Calatrava, del Consejo de Órdenes, y de Felipa Polo de Espinosa, sobrina segunda del cardenal Espinosa.

Quizá para diferenciarlo de su homónimo bajomedieval, se le ha mencionado como “Gil Carrillo de Albornoz”.

Estudió Derecho Civil en la Universidad de Salamanca, siendo colegial del Colegio Mayor de Oviedo, apareciendo ya en el listado de Nobles y Generosos que residían en la Universidad en el curso 1597/1598.

A través de sus estudios y de la influencia que había tenido su padre, empezó su carrera como oidor de las Reales Audiencias y Chancillerías de Granada y Valladolid.

Fue nombrado regente y virrey interino de Navarra en 1618 y durante el period entre 1623 y 1624. Acabada esta etapa, fue recompensado en 1626 con una plaza en el Consejo de la Suprema Inquisición.

Imagen del Cardenal Gil Carrillo de Albornoz de 1617 y blasón

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El 30 de agosto de 1627 fue nombrado cardenal, llegando a Roma en el año 1630, donde fue promovido al arzobispado de Taranto en el Reino de Nápoles, rechazándolo siete años después al no poder residir en su sede. Dos años más tarde asistió en Roma a la llamada Crisis de 1632 entre la Monarquía Católica y el Papa Urbano VIII, profundamente contrario a los intereses de aquella.

A su regreso a Roma, le fue encomendada la investigación sobre los recientes sucesos en torno al Real Colegio de España en Bolonia, fundado por el otro cardenal Gil de Albornoz en el siglo XIV. Varios colegiales protagonizaron actos violentos que fueron condenados por Urbano VIII, a lo que tuvo que interceder Albornoz ante el Papa y Felipe IV para que se conmutara esta pena, logrando una serie de reformas para reflotar el Colegio, que gozaba de protección hispánica.

Actuó como informante de la guerra de Cataluña, sublevada en 1640.

Participó junto al resto de cardenales nacionales en la promoción del Dogma de la Inmaculada, uno de los esfuerzos más notables de la Monarquía de España en materia espiritual.

Testamento del Cardenal Gil Carrillo

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Urbano VIII falleció en 1644, abriéndose un Cónclave en el que Albornoz participó,siendo elegido Inocencio X,  inclinado a la Monarquía Hispánica. Esta etapa le valió, asimismo, una plaza en el Consejo de Estado y el deanato de la catedral de Santiago.

Más tarde marchó a residir intermitentemente a la villa de Zagarolo, cercana a Roma, para descansar de sus constantes achaques de salud, donde ejerció una labor de mecenazgo que ya había iniciado en Milán y sus primeros años romanos. La siempre precaria salud del cardenal llevó incluso a darle por muerto en varias ocasiones, como en septiembre 1638 cuando se anunció su muerte en la Corte, quejándose personalmente del clima romano como causa del acrecentamiento de sus dolencias, entre las que destacaba la gota.

Felipe IV volvió a contar con él para la embajada de Roma en 1648, dado su elevado conocimiento de la Corte pontificia, mientras llegaba su sucesor, el duque del Infantado, que arribó poco tiempo antes de su fallecimiento.

Falleció en Roma el 19 de diciembre de 1649, siendo sepultado en la iglesia de Santa Ana del Quirinal para su posterior traslado al monasterio de la Encarnación de las Madres Bernardas de Talavera, fundado en 1610 por sus tíos Rodrigo de Albornoz y Teresa de Saavedra.

Sepulcro de jaspe suspendido en el muro oriental de la iglesia del

Monasterio de la Encarnación de las Madres Bernardas de Talavera.

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CARVAJAL, Francisco de (1470-1548)

En realidad se llamaba Francisco López Gascón.

Conquistador y maestre de campo, se le conoció como EL DEMONIO DE LOS ANDES.

Nació en Rágama.

Desde temprana edad, Francisco, demostró inteligencia e ingenio. Esto dio lugar a que sus padres pensaran en hacerlo “hombre de iglesia o letrado” y lo enviaron a Salamanca para que estudiara Leyes en su universidad.

Francisco López Gascón inició sus estudios de Leyes, que prosiguió a lo largo de cinco o seis años. Pero no demostraba la menor afición por el latín ni la retórica jurídica. Prefería, más bien, la “dobladilla” y otros juegos de azar que siempre iban aparejados con la alegre compañía que proporcionaban las mozas que colmaban las numerosas mancebías de la ciudad.

La vida disipada de Francisco López hizo que adquiriera numerosas deudas que no pudo solventar. Pronto se vio perseguido por los alguaciles, que, finalmente, lo llevaron a la cárcel. Bartolomé Gascón, padre de Francisco, tuvo que acudir a Salamanca y pagar cerca de 14.000 maravedís para que su hijo quedara en libertad. Al salir de la prisión, Francisco confesó a su padre las escandalosas aventuras que le habían puesto en tan humillante estado. Su padre escuchó las razones de su hijo y antes de marcharse le dijo quedo: “No esperes más de mí”. El turbulento estudiante, ahora desprovisto del apoyo paterno, decidió ialistarse como soldado en los ejércitos españoles que por entonces combatían en Italia

Ingresó en el ejército imperial bajo las órdenes del Gran Capitán y del cardenal Bernardino de Carbajal, de quien presumiblemente adoptó el apellido, e intervino en la batalla de Pavía.

Marchó a México donde contrajo matrimonio con Catalina de Leitón, una mujer con la que vivía en concubinato, obligado por el virrey Antonio de Mendoza para que regularizara esa relación. Debió de pasar al Perú en socorro de Francisco Pizarro y sus hombres, puesto en grave aprieto por la rebelión de Manco Inca.

Carbajal se instaló en Cuzco como vecino y en 1541 fue elegido alcalde ordinario.

Imagen de Francisco de Carvajal, como Teniente del Gobernador General de Cuzco.

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Acudió a la batalla de Chupas el 16 de septiembre de 1542 , haciéndose célebre porque ante los estragos causados por los cañones enemigos se le ocurrió ir a capturarlos, para lo cual se bajó de su cabalgadura, se quitó el morrión y las coracinas, y se lanzó al ataque a pie, alentando a voces a los suyos, diciéndoles que arriesgaran sus cuerpos, pues él, por ser gordo, lo arriesgaba el doble. Regresó a Cuzco con “fama de hombre viejo y claro ingenio, conocedor de las cosas de la guerra y gran habilidad política.”

Poco después decidió regresar a España con la pequeña fortuna que había reunido en los años pasados en tierra americana. Acompañado de su esposa, buscó, sin suerte, un navío que lo llevara a Panamá o Nueva España. Al fracasar en su intento en puertos del sur de Perú, contramarchó hasta Arequipa, donde fue alojado por Miguel Cornejo. Hubiera podido regresar a España como un hombre acaudalado, pero habría de convertirse en el temido y cruel Demonio de los Andes.

Como maestre de campo, cargo que le otorgó Gonzalo Pizarro a Carbajal, no cesaba de fabricar armas ofensivas y defensivas de la mejor calidad, utilizando a los excelentes armeros huancas.

Al frente de un nutrido ejército salieron del Cuzco y marcharon a Lima. Mientras tanto los oidores de la Audiencia de Lima apresaban al virrey y lo embarcaban rumbo a España.

Carvajal se adelantó y entró en Lima, donde hizo ahorcar a tres prominentes vecinos: Pedro del Barco, Juan de Saavedra y Martín de Florencia. Luego se produjo la entrada triunfal de Gonzalo. Presionados por Carvajal, los oidores reconocieron a Pizarro como Gobernador.

Lo cierto es que en vísperas de la batalla de Iñaquito, donde sería derrotado y muerto el virrey, Gonzalo Pizarro nombró a Carvajal capitán general del Ejército del Sur, con órdenes de partir hacia Charcas, donde el capitán Diego Centeno había levantado un ejército para apoyar la causa realista.

Llegó a Lima a fines de octubre de 1545, donde aumentó más sus fuerzas y «robó las cajas del Rey, de los difuntos y de los depósitos públicos». Continuó su marcha hacia Huamanga, donde ahorcó a un grupo de soldados acusados de querer atentar contra su vida, haciendo además más requisas de dinero.

El siguiente rival a quien se enfrentó Carvajal fue el realista Lope de Mendoza, que con 25 amigos se había aliado con el capitán Nicolás de Heredia, que volvía con 125 soldados. Carvajal los desbarató e hizo un cruel escarmiento: Mendoza y Heredia fueron decapitados,

Al llegar el Pacificador Pedro de la Gasca con la promesa de la revocación de las ordenanzas causantes del descontento y el perdón para los rebeldes que se entregaran, surgieron desacuerdos entre Carvajal y Gonzalo Pizarro. Carvajal opinó que lo más sensato era aceptar la oferta del Rey, a lo que se opusieron otros consejeros de Gonzalo. Finalmente la opinión de Carvajal fue desechada. Pese a todo Carvajal siguió al lado de Pizarro.

Al final el ya mermado ejército de Gonzalo y Carvajal se encontró con el ejército de La Gasca en las cercanías del Cuzco. Se libró la batalla de Jaquijahuana (abril de 1548), pero más que batalla fue una escaramuza breve donde se produjo una enorme desbandada de los rebeldes, que se pasaron al campo realista. Pizarro se entregó, mientras que Carvajal huyó, pero su caballo tropezó en una ciénaga, cayendo entonces y quedando una de sus piernas aprisionada por el peso del animal. Aprovechando esa situación, lo capturaron sus propios hombres y lo entregaron a La Gasca, quien encomendó su proceso al oidor Andrés de Cianca y al capitán Alonso de Alvarado.

Dibujo de la Batalla de Jaquijahuana (abril de 1548)

(www.es.wikipedia.org)

Gonzalo Pizarro y Francisco de Carvajal fueron declarados culpables del delito de rebelión contra la autoridad real y sentenciados a muerte. A Gonzalo, por ser hidalgo, lo decapitaron, y a Carvajal, por ser villano, lo ahorcaron, aunque previamente lo arrastraron por el campo metido en canasta tirada por un caballo.

El cadáver de Carvajal fue descuartizado y sus miembros repartidos por todos los caminos del Perú. Su cabeza y la de Gonzalo fueron puestas en una picota dentro de una jaula y exhibidas a perpetuidad en la Plaza Mayor de Lima.

En 1563 todos los cráneos fueron robados, la casa de Carvajal en Lima fue allanada y su terreno sembrado de sal, y allí se colocó una lápida de mármol como recordatorio.

Para la realización del presente artículo se han tenido en cuenta los siguientes documentos:

– MCNBIOGRAFÍAS.COM

– REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA: “Diccionario biográfico español

 

 

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