PERSONAJES HISTÓRICOS (21)

Relación de personajes que han tenido que ver con nuestra historia.

 CÁCERES PACHECO, Antonio  (siglo XVI)

Escritor y político mirobrigense.

Parece evidente que forma parte de la familia de los Pacheco.

Fue regidor en el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo.

Es uno de los escritores cuya vida ha pasado prácticamente desapercibida, especialmente para sus paisanos y que desarrolló su actividad literaria durante el siglo XVI, en el que salieron de su pluma dos obras.

Su obra literaria está claramente influida por autores clásicos y renacentistas, girando alrededor de los valores éticos y personales en general que deben de adornar al político municipal.

Trata temas que hoy nos parecen de gran actualidad como los servicios sociales, el medio ambiente, el urbanismo, la educación, la justicia social, la elección de funcionarios y la honradez que debe de adornar la actividad del hombre público o político para el bien de la república.

Portada del libro «Antonii Caceris Patieci in haeresiarchas orationes

quatter ad Reginam Gallia», escrito por Antonio Cáceres en 1570

(www.cervantesvirtual.com)

 CADALSO Y VÁZQUEZ, José (1741-1782)

Militar y escritor.

Nace en Cádiz en el seno de una familia de buena posición social. Su padre, de origen vizcaíno, se dedicaba a los asuntos mercantiles: comercio con América y algunos países europeos.

Huérfano de madre a los dos años y permaneciendo ausente su padre largas temporadas alejado del hogar, su niñez transcurrió bajo la tutela de su familia materna, especialmente de su abuelo y de su tío José Vázquez, jesuita, que llegó a ser Rector del colegio que la Compañía de Jesús tenía en Cádiz y, más tarde, Provincial de la Congregación en Andalucía.

Hacia 1750 empezó a acompañar a su padre, que había regresado de una estancia prolongada en Indias, en sus viajes de negocios por Europa.

Retrato de José Cadalso, realizado por Pablo de Castas Romero en 1855.

Museo Municipal de Cádiz .

(www.es.wikipedia.org)

Dos o tres de estos años estuvo Cadalso en el colegio Luis el Grande, que los jesuitas tenían en París; y también un tiempo impreciso en Inglaterra. Todo ello le dio al futuro escritor la oportunidad de aprender lenguas modernas (dominaba el inglés y el francés) y de conocer formas de vida y de cultura diferentes a las españolas. Aunque la educación era de carácter religioso, los alumnos aprendían cosas útiles para la vida social, además del conocimiento de los clásicos, crítica literaria, historia y otras disciplinas.

A su vuelta a España, completó su formación en el Real Seminario de Nobles de Madrid, donde permaneció dos años.

En 1760 inició un segundo viaje por Europa, en el cual realizó nuevos estudios de Derecho y Política.

Su padre murió al año siguiente en Copenhague. El joven regresó en 1762 y empezó su carrera militar al ingresar como cadete en el Regimiento de Caballería de Borbón, en plena campaña de la guerra contra Portugal. Después de servir como agregado al Estado Mayor del Conde de Aranda, accedió al grado de capitán en 1764.

Fue armado caballero de la Orden de Santiago en 1766.

En esta época escribió ya algunas de sus obras y tradujo una tragedia de Voltaire, «Zaira», que tituló “Combates de amor y ley”, donde se manifestaba partidario de la reforma del teatro en España y de la adopción de la estética neoclásica, así como defensor de la libertad en la literatura.

Desarrolló una intensa vida social, frecuentó círculos cultos, se relacionó con personajes de la aristocracia y asistió a las tertulias literarias. Parece que por alguna de sus críticas a la sociedad madrileña fue desterrado a Zaragoza en 1768, donde más tarde se reuniría con su regimiento.

En 1770 retornó a la vida madrileña.

Estaba interesado en la reforma del teatro en España y colaboró activamente en los proyectos del conde de Aranda para mejorar el arte escénico.

En 1772 estaba de nuevo a la Corte. Por estas fechas compuso “Los eruditos a la violeta”  y “Las Noches lúgubres”.

Portada del libro «Cartas Marruecas«, en su edición de 1796

(www.es.wikipedia.org)

En 1773 se incorporó con su regimiento a Salamanca donde conoce a Meléndez Valdés, José Iglesias de la Casa, Juan Pablo Forner o Fray Diego Tadeo González, todos ellos interesados por las letras, que formaron la denominada Escuela Poética Salmantina. En sus reuniones leían poemas propios y ajenos y se comentaban asuntos diversos relacionados con la literatura.

En octubre de 1774, tras una corta estancia en Madrid, Cadalso siguió a su regimiento por Extremadura y, desde 1778, por Andalucía. Se sabe por sus cartas que se sentía desilusionado de la vida militar y que se iba acentuando en él una visión negativa de la sociedad.

Destinado a la Marina por su propia voluntad, fue designado ayudante de campo del general en jefe de las fuerzas españolas que sitiaban Gibraltar y en 1782 nombrado coronel.

Murió el 26 de febrero de 1782 en este sitio al ser alcanzado por una granada.

Lápida con inscripciones en latín de la tumba de José Cadalso

ubicada en la Iglesia Parroquial de Santa María La Coronada de San Roque.

(www.noticiasgibraltar.es)

CAFRANGA Y COSTILLA,  José de  (1780-1854)

Político nacido en Salamanca.

No se tienen datos acerca de su infancia y estudios primarios.

Parece que recibió el grado de bachiller en Leyes el 19 de abril de 1800, cuya obtención exigía haber cursado cinco años. Una vez cumplida la pasantía, participó en “actos menores y mayores” de su universidad durante los años siguientes, obteniendo el grado de licenciado el 18 de enero de 1805, y el de doctor el 22 de abril de 1805.

Cafranga fue nombrado sustituto de la cátedra de Código el 4 de diciembre de 1805, pasando a la de “Digesto menos antigua”, vacante, el 18 de octubre de 1806, actividad compatible con la de “Administrador del Noveno decimal de la Diócesis de Salamanca” para la que fue nombrado por el rey Carlos IV el 23 de febrero de 1806 y que sirvió hasta el 7 de julio de 1807. Ese mismo año pasa a desempeñar funciones en la Secretaría de Estado y en el Departamento Gracia y Justicia.

Retrato de Carlos IV, realizado por Francisco de Goya,

ubicado en el Museo del Prado.

(www.eswikipedia.org)

No habiéndose sometido al juramento de fidelidad impuesto por el rey José I Bonaparte, el 29 de agosto de 1809 fue arrestado en Madrid y llevado a la cárcel de la Corona y seguidamente deportado a Montaubán (Francia), donde permaneció prisionero hasta que, terminada la guerra de la Independencia, regresó a España el 15 de mayo de 1814.

Después de acreditar “pruebas de legitimidad, nobleza, y limpieza de sangre con el árbol genealógico”, el 14 de septiembre de 1815 obtuvo el nombramiento de Caballero Pensionado de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III.

Habiendo enviudado por segunda vez el monarca reinante, Fernando VII, inició en 1819 gestiones encaminadas a obtener datos fiables sobre la que podría convertirse en su futura esposa (hallándose especialmente interesado en averiguar la previsible capacidad de maternidad de la misma); para lo cual el marqués de Cerralbo (Fernando Bernardo de Aguilera y Contreras), se desplazó a varias cortes europeas como embajador extraordinario, acompañado de José Cafranga como secretario. En la  Corte de Sajonia conocieron a la princesa María Josefa Amalia, que fue la escogida por el monarca español, después del informe favorable del propio Cafranga.

Celebrados los desposorios regios, José Cafranga dispuso de poder para concluir las capitulaciones matrimoniales y fue el coordinador del viaje de venida a España de dicha princesa.

Retrato de Fernando VII realizado por Vicente López Portana,

ubicado en el Museo del Prado.

(www.es.wikipedia.org)

Fernando VII le concedió el nombramiento de “gentilhombre de cámara”.

Aparece, el 24 de junio de 1820 (durante el trienio liberal), como superintendente del Monte Pío de Jueces Letrados de 1.ª Instancia. El 22 de octubre de 1823 fue nombrado secretario del Consejo de las órdenes militares y el 24 de marzo de 1824 ocupó el cargo de secretario de la Cámara de Gracia y Justicia y Real Patronato de Aragón.

En 1821 y 1823 solicitó y obtuvo dispensa de algunos meses para trasladarse a Ledesma (Salamanca) con objeto de recuperar su salud, pues sufría de fuertes ataques de nervios. Esta recuperación debió de conseguirse, al menos parcialmente, ya que en 1832 José Cafranga realizó su actividad profesional más importante, a consecuencia de los denominados sucesos de La Granja.

Fue ministro de Gracia y Justicia en octubre de 1832, formando parte de un gobierno presidido por Cea Bermúdez. Concedió un indulto general y una amnistía para los liberales.

Una serie de diferencias con el presidente le llevaron a presentar la dimisión en diciembre de ese mismo año.

Portada del la «Pragmática Sanción» de 1830

(www.tematoast.com)

Fue nombrado (18 de diciembre de 1832) “en atención a sus distinguidos servicios Gobernador del Supremo Consejo de Indias”, pero en este puesto sólo permaneció hasta el 4 de junio de 1834, como consecuencia de una reestructuración en que fueron suprimidos los Consejos de Castilla y de Indias.

Ese año, la Reina le nombró prócer (Estatuto Real del 16 de junio de 1834), no pudiendo asistir José Cafranga a la “sesión regia de instalación de Cortes” (24 de julio de 1834) por hallarse aquejado de cólera, aunque sí participó activamente más tarde. Para remediar su precaria salud, José Cafranga solicitó el 16 de junio de 1835 un permiso para trasladarse de nuevo a Ledesma, que le fue concedido y prorrogado el 6 de septiembre de 1835.

La inestabilidad política durante los meses siguientes —motín de los sargentos, 12 de agosto de 1836— afectaría a José Cafranga, quien pasó a la situación de cesante (29 de septiembre de 1836) “por supresión” del organismo al que pertenecía. Pero la nueva Constitución promulgada en 1837, aceptada por la Reina Gobernadora en nombre de su hija Isabel, facilitó su presentación como candidato a senador por Salamanca, siendo él el más votado (7 de octubre de 1837). En la legislatura de 1837 y en la de 1838 tuvo varias intervenciones (recogidas en el libro de sesiones). Nuevamente en 1840 fue el candidato más votado para senador por Salamanca (quedando muy cerca de él el marqués de Cerralbo).

Entre febrero de 1840 y abril de 1843 no se tienen datos sobre José Cafranga, en coincidencia con la hegemonía de poder de Espartero y el destierro de la Reina Gobernadora a Francia (17 de octubre de 1840), así como de los numerosos cambios de Gobierno.

Habiendo regresado del destierro la reina María Cristina el 22 de marzo de 1844, con el Gobierno presidido por Narváez, José Cafranga fue nombrado senador vitalicio (18 de octubre de 1845), cargo del que tomó posesión el 18 de diciembre de 1845.

El 31 de mayo de 1854 murió, recibiendo los honores fúnebres como senador y siendo enterrado en la madrileña sacramental de San Martín.

Para la realización del presente artículo se han tenido en cuenta los siguientes documentos:

– AA.VV.: Mcnbiografías

– HERNÁNDEZ VEGAS, M.: “Ciudad Rodrigo. La Catedral y la Ciudad. Tomo I”. Salamanca, 1935

– M. DE SANTIAGO CIVIDANES: “Salmantinos Ilustres”. Publicaciones de la Excelentísima Diputación Provincial de Salamanca, 1934

– REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA: “Diccionario biográfico español

 

 

 

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