De la A a la Z (8)

Relación de términos y expresiones (incluidos insultos)  de nuestra historia.

 

ALFEÑIQUE:

Palabra procedente del término árabe fanid (dulce de azúcar)

Golosina que solía darse a los niños enclenques o enfermizos.

Se emplea en lenguaje figurado para designar a la persona delicada de cuerpo, remilgado.

ALMOJARIFAZGO:

Palabra procedente del término árabe almusrif (tesorero)

Tributo aduanero que se cobraba, a partir del siglo XII, por los derechos de tránsito de las mercancías o géneros que entraban o salían de las villas castellanas, del reino de España o que transitaban entre los diversos puertos (peninsulares o americanos).

Este impuesto fue creado, en la Corona de Castilla, por Alfonso X, junto con la alcabala, para gravar la actividad generada con el desarrollo del comercio tanto interior como exterior.

Fue suprimido por Carlos III en 1783.

ALMOJARIFE:

Palabra procedente del término árabe almusrif (tesorero)

Oficial o ministro real que antiguamente cuidaba de recaudar las rentas y derechos del rey, y tenía en su poder el producto de ellos, como tesorero.

Oficial encargado de cobrar el almojarifazgo.

Durante la Baja Edad Media el puesto de almojarife estuvo habitualmente ocupado por judíos, que adquirieron gran importancia social y política, y usaban el título de Don. En el siglo XIV se produjo el cambio de denominación por la de Tesorero Mayor.

Tras la revuelta antijudía de 1391, el gran número de conversiones al cristianismo hizo que fueran judeoconversos los que pasaran a ocuparse de la hacienda real, hasta la expulsión de los judíos en 1492.

El mismo cargo de Tesorero Mayor entró en crisis, pues sus funciones pasaron a ser desempeñadas por los contadores mayores, e incluso por otros oficios regios (repostero, camarero, despensero o mayordomo).

ALMOTACÉN:

Palabra procedente del término árabe almuhtasáb (literalmente “el que gana tantos ante Dios, con sus desvelos por la comunidad”).

Persona que se encargaba oficialmente de contrastar las pesas y medidas en las transacciones públicas, en especial en los mercados. También se ocupaban de la comprobación de la moneda: peso y falsificación.

Actuaban de oficio o a instancia de cualquiera que considerase que los instrumentos de peso habían sido modificados.

Antiguamente, el término hacía referencia al mayordomo de la hacienda del rey.

La figura no desparece con tal condición hasta el siglo XIX.

ALMOTACENÍA O ALMOTAZANÍA:

Palabra procedente del término árabe almuhtasáb

Derecho que se pagaba al almotacén.

ALMUDERO:

Palabra procedente del término árabe almúdd (medida de áridos)

Persona que tenía a su cargo la guarda de las medidas públicas de los áridos (cereales y también legumbres, verduras, frutas  o alimentos secos).

Cada una de las medidas recibía el nombre de ALMUD o ALMUDEJO.

almud

Medidas castellanas de grano: medio celemín y cuartillo

(www.todocoleccion,net)

ALODIO:

Palabra procedente del término latino medieval alodium (patrimonio libre).

Heredad, patrimonio o bien inmueble que, en el antiguo derecho, estaban libres de cargas señoriales y el propietario tenía el dominio completo sobre ellos.

En la Edad Media el propietario del alodio, obtenía éste por medio de una herencia -que pasaba de generación en generación- y estaba exento de pagar impuestos o prestaciones señoriales al señor feudal. Lo que sí pagaba era un impuesto simbólico que podría llegar a ser una pequeña parte de su cosecha.

ALQUERÍA:

Palabra procedente del término árabe alqaríyya (pueblo, caserío)

Casa de labor, con finca agrícola ubicada lejos de un poblado.

Designaba en Al-Andalus  a las pequeñas comunidades rurales que se situaban en las inmediaciones de las ciudades, conformadas por una o varias familias, que se dedicaban a explotar las tierras de los alrededores, así como a las actividades ganaderas.

Desde el siglo XV cambió su significado pasando a denominar un tipo de finca.

A finales de la Edad Media la alquería-fortaleza evolucionó hacia formas más modernas, con aspecto de pequeño palacio, habitado por señores rurales.

alquería

Alquería abandonada de Cabaloria (Sotoserrano)

Se despobló a raíz de la inauguración del embalse de Gabriel y Galán (río Alagón) en 1965

(www.salamancaentresierras.com)

ALQUICEL:

Palabra procedente del término árabe alkisá o alkisí (vestidura o cubierta)

Vestidura morisca a modo de capa, comúnmente blanca y de lana, lino o algodón.

Tela que servía para cubrir mesas o bancos.

alquicel

Doncellas portando alquicel

(ww.bejismedieval.blogspot.com.es)

ALQUINAL:

Palabra procedente del término árabe alqiná (velo)

Toca o velo que usaban por adorno las mujeres.

alquinal

Mujeres usando alquinal

(wwwjuntadeandalucia.es)

ALTEZA:

Tratamiento que en España se dio a los reyes hasta el advenimiento de la dinastía austriaca, y que hasta hace poco se daba a algunos tribunales o corporaciones.

Tratamiento que se da a los hijos de los reyes, a los infantes de España y a quienes tienen título de príncipes o princesas sin ser miembros de la familia real. No tiene este tratamiento el heredero a la corona, que ostenta el título de Príncipe de Asturias.

En España existieron determinados títulos personales y por tanto no heredables, cuyos poseedores recibieron el tratamiento de Alteza: fue el caso de Manuel Godoy (príncipe de la Paz y de Basano) y el general Espartero (príncipe de Vergara).

También pueden ostentar el título de infante de España personas distintas de los hijos de los reyes pero con un parentesco más bien cercano al rey, a quién éste concede el título por vía de gracia, como es el caso de S. A. R. el Infante de España Don Carlos de Borbón- Dos Sicilias.

En una hipotética Regencia, este tratamiento sería utilizado por el regente, siempre que no le correspondiese uno de mayor rango.

En los casos referidos al príncipe de Asturias y a los infantes de España el tratamiento es el de Alteza Real.

ALTRAMUZ:

Palabra procedente del término árabe attarmús y del griego thérmos (calor)

Planta de flores blancas y fruto de grano menudo y achatado, en legumbre.

En algunos cabildos de las Iglesias catedrales y colegiales de España,  especialmente en Castilla, se llama así un caracolillo que sirve para votar juntamente con unas habas blancas hechas de hueso o de marfil: las habas denotan aprobación y los altramuces reprobación.

ALUMBRADO NOCTURNO:

El alumbrado nocturno se inició en Salamanca en el año 1841.

Primero fue de aceite y más tarde de petróleo.

Se apagaba a las doce de la noche y cuando había luna llena no se llegaba a encender.

ALZACUELLO:

Palabra procedente del término francés hausse-col (ropa de cuello)

Especie de cuello que usaban por adorno las mujeres.

Se llamaba así porque servía para alzar la cabeza, al ser una tira de tela endurecida.

Esta tela blanca rígida fue impuesta por el rey Felipe IV a los sacerdotes.

AMANUENSE:

Palabra procedente del término latino amanuensis (a mano)

Persona que se encargaba de escribir a mano, copiar los manuscritos, poner en limpio escritos ajenos o escribir lo que se le dicta.

La labor del amanuense o copista tuvo gran importancia social en el Antiguo Egipto, donde los escribas eran muy valorados en una sociedad cuya escritura jeroglífica era un saber al que accedían sólo unos pocos y ocupaban un alto lugar entre la jerarquía administrativa.

En Grecia, y más tarde en Roma, este oficio lo desempeñaban los siervos. El dominus o señor hacía copiar a sus esclavos, con destino a su biblioteca particular, cualquier libro.

En la Edad Media, los centros monásticos son los encargados de transmitir el patrimonio de los libros escritos. Destaca su labor en la difusión del libro hasta la aparición de la imprenta en el mundo occidental, a mediados del siglo XV.

Los utensilios más habituales que utilizaba el copista eran: penna (pluma), rasorium o cultellum (raspador) y atramentum (tinta).

El amanuense medieval acostumbraba a escribir o aislado en su celda o en el scriptorium (escritorio), que era una dependencia común del monasterio acondicionada para tal fin y donde trabajaban muchos monjes a la vez.

Un copista experimentado era capaz de escribir de dos a tres folios por día. Escribir un manuscrito completo ocupaba varios meses de trabajo.

amanuense

Monje medieval amanuense

(www.elamanuense.com)

AMBROSIO (Carabina de):

Individuo simple, un tanto bobalicón, que adoptando actitudes de fiereza se ve en seguida que no es capaz de llevar a cabo sus bravatas.

El personaje es histórico: un labriego sevillano de finales del siglo XVIII, a quien no yéndole bien las cosas en el campo, quiso probar fortuna echándose al monte. Como era buena persona tuvo que dejar el bandidaje ,y de vuelta a su pueblo, la gente hizo chanza de él y lo tomó a chirigota, naciendo el dicho. «Ser la carabina de Ambrosio» se empleó en el sentido de no servir algo o alguien para mucho.

AMESNADOR:

Palabra procedente de MESNADA, que a su vez procede del término latino mansionare (alojar)

Guardia personal del rey.

ANACALO/A:

Palabra procedente del término árabe annaqqal (acarreador)

Criado de la hornera, que iba a las casas particulares por el pan que se había de cocer y lo llevaba al horno en unas tablas, y después lo volvía a las casas.

ANAFRE:

Palabra que procede del término árabe-hispano annáfih (soplador).

Con el mismo significado que ANAFE.

Hornillo, generalmente portátil, fabricado en barro o en metal, pensado para contener las brasas que calentaban la cazuela o sartén que contuviese los alimentos, conservándolos calientes.

Una de sus propiedades era la de ser móvil y transportable.

anafre

Anafre antiguo en cerámica sin vidriar

(www.todocoleccion.net)

ANALFABETO:

Palabra procedente del término latino analphabetus (sin letras)

Persona poco instruida, que ignora el alfabeto.

Es voz usada a principios del siglo XVII sin carga ofensiva, ya que el acceso a la lectura estaba poco generalizado.

ANCIANO:

Palabra procedente del término latino antianus  y del término ante (antes)

En las Ordenes Militares son algunos frailes más antiguos de su respectivo convento.

Había cuatro de ellos en cada uno y su ejercicio era tratar con el prior todo lo concerniente al gobierno del Convento

 

NOTA: Para la elaboración del presente artículo se han consultado las siguientes obras:

– AA.VV.: “Diccionario curioso de Salamanca

Gruposa S.A.; Salamanca, 2007

– AA.VV. (1776) “Diccionario de Lengua Castellana”

                  Madrid. Real Academia de la Lengua

– AA.VV. (1843) “Diccionario de Lengua Castellana”

                  Madrid. Real Academia de la Lengua

– AA.VV. ( 2014 ) “Diccionario de Lengua Española”

                  Madrid. Real Academia de la Lengua

– CELDRÁN, Pancracio: “Inventario general de insultos”.

Ediciones del Prado; Madrid, 1995

– EL TALLER DEL PEPEESE: “Dichos populares

Continuará…

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