De la A a la Z (4)

Serie de términos y expresiones (incluidos insultos)  de nuestra historia.

AFRANCESADO

Persona que imita a los franceses en sus costumbres, cultura, moda, etc., contraponiéndose al castizo, que reivindicaba la defensa de las expresiones de todo tipo (culturales, religiosas, de la moda, políticas, etc.) propias del carácter intrínsecamente español.

El término afrancesado se aplicó, con el valor de traidor, a todos aquellos españoles que, durante la ocupación francesa, colaboraron con la misma o con la Administración del rey José, ya fuese por interés personal o por la creencia en que el cambio de dinastía redundaría en la modernización de España.

Los afrancesados eran personas ilustradas, socialmente vinculadas a la nobleza, alto clero, altos funcionarios y burguesía influyente, que intentaban llevar a cabo un programa de reformas políticas y sociales de signo liberal moderado.

El rey José I se encontró con un pueblo que no aceptaba la invasión ni el cambio de dinastía, que consideraba un atropello la ocupación del territorio nacional por las tropas francesas y que estaba dispuesto a luchar. El nuevo rey era un hombre convencido de ser capaz de llevar a cabo una reforma política y social de España y los intelectuales y funcionarios mejor preparados creían en esa misión regeneradora de José I, que eliminaría el absolutismo y el oscurantismo que habían caracterizado a la política y a la sociedad española de fines del siglo XVIII, animándole a construir una sociedad basada en la «razón, la justicia y el poder» (según palabras del dramaturgo Leandro Fernández de Moratín).

Durante la Guerra de la Independencia los afrancesados trataron de servir de puente entre los absolutistas y los liberales, en base a la conciliación de las ansias de transformación política con la defensa de los intereses nacionales, pero se granjearon el odio de ambos bandos: unos los menospreciaban por «franceses» y los otros por «españoles».

Las Cortes de Cádiz, en  1812, aprobaron dos resoluciones en las que se confiscaban todos los bienes de la corte de José I y de aquellos que hubiesen colaborado con la administración josefina. Tras la caída del rey, a mediados  de 1813,  toda la corte pasó a Francia y con ellos fueron camino del exilio los que, de una u otra manera, habían colaborado con el régimen. Entre ellos se encontraban eclesiásticos, miembros de la nobleza, militares, juristas y escritores, tales como Juan Meléndez Valdés, Leandro Fernández de Moratín, los obispos auxiliares de Zaragoza y Sevilla o el coronel Francisco de Amorós. Se calcula que más de 4.000 españoles emigraron a Francia, aunque otras fuentes cifran este número en 12.000.

Pensando en regresar a España, debieron depositar su confianza en Fernando VII, que había firmado con Napoleón un acuerdo por el que nadie que hubiera servido a José I sería represaliado y seguirían gozando de todos los derechos y honores a la vuelta de nuevo del rey a España, cosa que no ocurrió porque tras su regreso el monarca decretó la suspensión de las Cortes de Cádiz, limitó la libertad de imprenta y ordenó la persecución de todos los afrancesados que vivían en territorio español, con expedientes de depuración en toda la administración, confiscación de bienes y detenciones masivas.

Meléndez Valdés

Meléndez Valdés, miembro de la Escuela de Salamanca,

poeta y catedrático de la Universidad

(www.biografica.info)

AGALLA

Palabra procedente del término latino galla

También llamada abogalla o agolla.

Es una excrecencia del roble, el alcornoque y otros árboles debido a las picaduras de algunos insectos.

En la Universidad de Salamanca, durante el siglo XVI, el claustro para negocios extraordinarios y de interés común, estaba formado por los doctores y maestros, diputados y consiliarios, maestrescuela y el rector presidente. Las materias a tratar debían haber sido expuestas en la convocatoria de llamamiento. Primero se deliberaba y se exponían las opiniones, posteriormente se llegaba a un acuerdo previo el cual era sometido posteriormente a votación secreta mediante el reparto de agallas blanca y negras. (Historia de la Universidad de Salamanca, L.E. Rodríguez, coordinador)

Parece que en los exámenes universitarios se utilizaban también estas bolas para votar acerca de la aprobación o el suspenso de un alumno. Los partidarios del aprobado introducían las agallas en una orza (vasija de barro) dorada y los partidarios del suspenso en una orza negra.

agalla

Agallas

(www.dicter.usal.es)

AGNACIÓN

Palabra procedente del término latino agnatio (parentesco)

Parentesco civil o jurídico, que se fundamenta en la potestad del padre de familia y no supone necesariamente relación de sangre. Así los agnados son aquellas personas que están sometidas a la potestad del páter o que lo estarían si viviese aún el paterfamilias.

El parentesco agnaticio sólo se transmite por vía de varón y tuvo mayor importancia en los aspectos religioso y político que en el derecho privado.

Familia romana

Familia romana

(www.derechoromano.es)

AGNUSDÉI

Palabra procedente del término latino Agnus Dei (Cordero de Dios).

Relicario que las mujeres llevaban al cuello.

Moneda de vellón con mezcla de plata, que hizo labrar el rey don Juan I de Castilla. En el anverso llevaba la inicial del nombre del monarca y en el reverso el cordero de San Juan Bautista.

La ley y el peso variaron según los tiempos, aunque empezó valiendo un maravedí.

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Anverso y reverso de una moneda de Agnusdéi

(www.blognumismatico.com)

AGROFA

Ramera.

Forma jergal para nombrar a este tipo de mujeres en los siglos XVI y XVII

 

AGONIZANTE

Palabra procedente del término latino agonizare (combatir, luchar)

En algunas universidades, padrino de los graduandos.

En la Universidad de Salamanca es el que, en las conclusiones de Teología, apuntaba al alumno actuante en voz baja la solución del argumento cuando lo veía en un aprieto

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Aula de la Universidad de Salamanca

donde impartía clases Fray Luis de León

(www.delajusticia.com)

AGOSTERO

Palabra procedente del término agosto.

Religioso destinado por las comunidades a recoger en agosto la limosna de trigo y otros granos.

 

AGUA POTABLE

Salamanca carece de red de agua durante el siglo XIX. Los aguadores y las criadas eran los encargados de llevar el agua a las casas, surtiéndose de las fuentes tradicionales, sobre todo la fuente de San Francisco.

En el año 1872 se realizó la primera captación de aguas del Tormes y en 1876 se procedió a elevar las aguas del hasta la ciudad, pero no será hasta 1888 cuando se empezaran las obras para traer el agua potable y en 1889 se instalaron los primeros metros de alcantarillado.
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Aguadores ambulantes en el Paseo del Campo de San Francisco

(salamancartvaldia.es)

AGUAMANIL

Palabra procedente del término latino medieval aquamanile

Vaso o jarra de cuerpo ancho y cuello estrecho, con pico para echar agua en la palangana o pila donde se lavan las manos, y para dar aguamanos.

aguamanil

Aguamanil

(www.dasolucionescr.com)

ÁGUILA

Palabra procedente del término latino aquila.

Moneda de oro española de tiempos de Carlos I que tenía en el reverso un águila con un rayo y un ramo de laurel a sus pies.

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Monedas de Carlos I y Felipe II con el águila

(www.numismaticodigital.com)

AHOGADOR

Palabra procedente del término latino offocare (apretar las fauces).

Especie de collar que antiguamente usaban las mujeres.

 

AHORCAR LOS HÁBITOS

Palabra procedente del término latino furca (horca del labrador)

Dejar, abandonar los hábitos religiosos o el traje de estudiar una carrera y cambiarlo por otro.

 

AHORRAR

Palabra procedente del término horro (libre)

Dar libertad a un esclavo

En Salamanca se utilizaba para expresar que se aligeraba de ropa.

 

AHUMADA (HACER)

Palabra procedente del término latino affumare o fumare (echar fuego)

Señal que se hacía desde atalayas o lugares altos, quemando paja u otro material, para dar algún aviso, sobre todo en las costas, de llegada de embarcaciones o tropas

 

AIRÓN

Palabra procedente del término francés antiguo hairon.

Adorno de plumas, o de algo que las imita, en cascos, sombreros, gorras, etc., o en el tocado de las mujeres.

Airón fue un dios indígena arraigado en Hispania antes de que los romanos emprendieran su conquista y cuyo culto fue respetado por estos, se relaciona con aguas profundas de pozos y lagunas y también con simas. Existía una relación directa entre el dios y el inframundo, siendo el dios de la vida pues de él emerge el agua y la vegetación y también es el dios de la muerte.

En algunos lugares se le hacían sacrificios humanos

Los topónimos conocidos como “Pozo Airón”, ya se refieran a pozos, lagunas, simas, cascadas, ríos, fuentes o parajes, tienen una relación directa con este dios cuya antigüedad probablemente se remonte al Neolítico (entre 6.000 y 3.000 años a. C.).

En España se conocen 100 topónimos Airón, de los cuales varios se encuentran en la provincia de Salamanca, bien dando nombre a parajes, bien a cascadas o a pozos.

El dicho “caer en el pozo airón” significaba que alguna cosa se había perdido, no es fácil hallarla o sacarla de donde está. Este dicho procede de Granada, donde había un pozo a quien llamaban Airón, porque siempre echaba de sí mucho aire y era tan profundo que costó mucho tiempo y trabajo cegarle.

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Pozo Airón en Pereña de la Ribera

(www.wikipedia.org)

Continuará …

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