DE LA A A LA Z (34)

Relación de términos (incluidos insultos) que han tenido que ver con nuestra historia.

BRUTO

Palabra que procede del término latino brutus (estúpido)

Persona de poco discurso, de hábitos groseros, de entendimiento cerrado, e incapaz de mejorar por no serlo de entender; animal, sobre todo aquellas bestias que muestran mayor crueldad, tozudez y empecinamiento.

Es un término que empezó a utilizarse hacia 1440.

Un bruto famoso fue el señor de Alfocea (siglo XVII), bruto simpático, por lo extravagante de su acción, vecino de esa localidad zaragozana, tan falto de entendimiento que decidió imitar al cuervo: se ató dos alas de caña a los brazos y se dejó caer desde un peñasco, estrellándose contra el suelo.

Otro bruto digno de tener en cuenta fue el justicia de Almudévar, aragonés que vivió en el siglo XVII. Los hechos se refieren a lo siguiente: se cometió en la localidad un crimen y lo achacaron al herrero, quien confesó haber introducido en la boca de su mujer un hierro candente, enojado porque ésta le había traído el almuerzo frío. Fue condenado a muerte, pero al ser el único herrero de la zona se le indultó. El justicia aseguró que colgaría al herrero a menos que algún otro cargara con la pena, porque a alguien había que ajusticiar. El secretario del ayuntamiento propuso que en lugar del herrero ajusticiaran a uno de los dos tejedores que tenía la villa, ya que con uno se arreglaban; pareció bien al justicia, y se procedió a ajusticiar a uno de ellos.

Escudo del Señor de Alfocea (villa zaragozana)

sobre la puerta de la Iglesia de la Inmaculada Concepción

(www.oszenigeltaires.wordpress.com)

BUBA:

Palabra procedente del término griego bubôn (tumor en la ingle).

Tumor blando, comúnmente doloroso y con pus, que se presenta de ordinario en la región inguinal como

consecuencia del mal venéreo, y también a veces en las axilas y en el cuello.

Ya se utilizaba en el año 1400 con el significado de “tumor voluminoso, en particular, el de la peste”

Las bubas eran características de la pandemia responsable de la peste negra y quizás de otras pandemias antiguas.

La peste negra o muerte negra fue una pandemia de peste que afectó a Europa y a Asia en el siglo XIV y que alcanzó un punto máximo entre 1347 y 1353. Es difícil conocer el número de fallecidos aunque se calcula que pudiera rondar entre 80 a 200 millones en Eurasia y África del Norte.

La teoría aceptada sobre el origen de la peste explica que fue un brote causado por una variante de una bacteria Yersinia pestis.

La pandemia irrumpió en primer lugar en Asia, para después llegar a Europa a través de las rutas comerciales e introducida por marinos, comenzando en el sur de Italia. Mientras que algunas áreas quedaron despobladas, otras estuvieron libres de la enfermedad o solo fueron ligeramente afectadas. En Florencia, solamente un quinto de sus pobladores sobrevivió. En el territorio actual de Alemania, se estima que uno de cada diez habitantes perdió la vida.

En los reinos hispanos también afectó esta peste (el propio rey Alfonso XI murió, víctima de la epidemia); las mismas Cortes de Valladolid (en 1351) tuvieron que adoptar medidas para hacer frente a los estragos de esta pandemia. Los cálculos que se han hecho de la mortalidad no parecen ser muy fiables, aunque en el obispado de Palencia se cifra que en torno al 20%  de los lugares habitados quedaron despoblados, en Zaragoza perecían unas 300 personas al día; en Mallorca las pérdidas de población se han estimado en torno al 15%; en Navarra hubo territorios que perdieron cerca del 70% de la población.

«El triunfo de la muerte» de P. Brueghel el Viejo (Museo del Prado)

Refleja la agitación social y el terror que desató la peste negra y que devastó Europa

(www.es.wikipedia.com)

BUCANERO:

Palabra procedente del término francés boucanier (aventurero, pirata del Caribe)

Pirata que en los siglos XVII y XVIII se entregaba al saqueo de las posesiones españolas de ultramar

Un bucanero, en origen, era un habitante de la parte occidental de la isla de La Española (actual Haití y República Dominicana) que se dedicaba a cazar vacas y cerdos salvajes para bu canear, es decir, ahumar la carne y venderla a los navíos que navegaban por las aguas del Caribe.

Durante el siglo XVI se establecieron en la parte occidental de la isla, que había sido abandonada por los españoles, aventureros europeos, particularmente franceses, en su mayoría normandos, y se dedicaron a preparar la piel de los animales cazados para venderla a los barcos europeos de paso.

Cuando las autoridades españolas, a mediados del siglo XVII invadieron la isla por no pagar impuestos a España, exterminaron a los animales en que se basaba el comercio de los bucaneros. Muchos de ellos se establecieron en la Isla de la Tortuga sumándose a los filibusteros, para dedicarse a la piratería, sobre todo contra los españoles.

A lo largo de los siglos XVII y XVIII, el término (alternado con el de filibustero) ​ pasó a ser sinónimo de pirata. Sin embargo, mientras los piratas solían limitar sus actividades al mar, los bucaneros no desdeñaban las actividades en tierra firme ni dedicarse al pillaje.

«Bucanero del Caribe» de H. Pyle.

Dibujo realizado para el «Libro de Piratas»

(www.es.wikipedia.com)

BÚCARO:

Palabra procedente del término latino poculum (taza o vaso) que pasó al mozárabe búcaro

Vasija, por lo común de barro, para contener agua.

Arcilla olorosa de que se hacían estos vasos.

Durante el Siglo de Oro español los búcaros eran recipientes de cerámica, pequeñas vasijas de tierra arcillosa, que servían para contener agua perfumada, y que se comían para mantener la palidez de la cara, siguiendo la moda de la época, y por otros fines supersticiosos como regular la menstruación, como método anticonceptivo y como alucinógeno.

Se cita citó como uno de los posibles orígenes de este hábito la costumbre musulmana, documentada ya en el siglo X, de comer ciertas arcillas, costumbre que pudo llegar a la corte española de los Austrias a través de los moriscos. ​

Esta costumbre generaba un trastorno llamado opilación (una especie de anemia), que entre sus varios efectos tapaba ciertos conductos, sirviendo para cortar hemorragias (en especial menstruaciones abundantes) o dar una extrema palidez al rostro (como reflejo de la crisis biliar que producía en el hígado), en aquel tiempo signo de belleza. También se le imputaban efectos anticonceptivos y alucinógenos.

Como antídoto, los médicos aconsejaban polvos de hierro o ir a tomar unas aguas ferruginosas.

Detalle del cuadro «Las Meninas» (D. Velázquez)

La menina Mª Agustina Sarmiento le entrega un búcaro

a la infanta Margarita Teresa de Austria.

(www.revivemadrid.com)

BUFA:

Palabra procedente de su onomatopeya.

En la armadura antigua, pieza de refuerzo que se colocaba en la parte anterior del guardabrazo izquierdo.

Detalle de bufa de armadura.

(www.twiter.com/vanesaregaladov)

BUFÓN:

Palabra procedente del término italiano buffone (cómico, grotesco), aumentativo de buffo (gracioso).

Truhán o histrión, que se ocupaba de hacer reír a su señor con dichos, gracias y piruetas. Por extensión, se dice de quien anda siempre haciendo chanzas, a menudo a destiempo.

En castellano se prefirió el término truhán, que cubría ese espacio significativo, aunque en el siglo XVI empezó a utilizarse bufón, que era muy empleado un siglo después.

Su origen deriva de los payasos romanos que crearon diversos tipos cómicos, incorporados luego a las farsas o a las comedias populares. Estos tipos fueron: Manduco (monstruo de boca descomunal), Maccus (jorobado y borracho), Pappus (viejo avaro y libidinoso), Buccus (glotón, mentiroso y cínico).

Solía ser gente con unas características físicas anormales, fuera de lo habitual: jorobados, enanos, etc, y se solían reír de ellos más por sus defectos que por sus chistes y devaneos.

El uso y mantenimiento de los bufones se había introducido entre los señores y reyes de la Edad Media y desde los primeros tiempos de ésta. Algunos bufones llegaron a adquirir títulos de nobleza y bastantes cualidades de hidalgos.

En España los hubo en abundancia bajo los monarcas de la Casa de Austria.

«El bufón el Primo», de D. Velázquez, año 1645 (Museo del Prado)

(www.es.wikipedia.com)

BUHONERO:

Palabra procedente de la onomatopeya Buff  (expresión de las peroratas del buhonero en alabanza de su mercadería).

Vendedor ambulante de baratijas

Buhonero popular, año 1872

(www.todocoleccion.net)

BULA:

Palabra procedente del término latino bulla (amuleto)

Documento pontificio relativo a materia de fe o de interés general, concesión de gracias o privilegios o asuntos judiciales o administrativos, expedido por la Cancillería Apostólica y autorizado por el sello de su nombre u otro parecido estampado con tinta roja.

Entre los romanos la bulla o bula, era una medalla en forma de esfera usada por los niños libres hasta el momento de dejar de usar la toga pretexta o bien hasta contraer matrimonio. Los hijos de las familias nobles y ricas llevaban una bula de oro; los de condición inferior, como los manumitidos, llevaban en su lugar un pedazo de cuero.

La palabra bula se utilizó durante la Edad Media para los edictos de los soberanos, en especial los del Imperio, pero también a los acuerdos entre diversos príncipes; hasta que, por último, vino a aplicarse exclusivamente a los escritos de los papas sobre algún asunto de importancia doctrinal o disciplinaria.

Existieron diferentes tipos de bula: de carne (dispensa de comer de vigilia en ciertos días), de composición (otorgada por el comisario general de cruzada a los que poseían bienes ajenos cuando no les constaba el dueño de ellos), de difuntos (se aplicaba a un difunto las indulgencias en ella indicadas), de la santa cruzada (bula apostólica por la que los romanos pontífices concedían diferentes indulgencias a los que iban a la guerra contra infieles o acudían a los gastos de ella con limosnas), de oro (ordenanza hecha por el emperador de Alemania Carlos IV, en el año 1356, y aprobada por todos los  príncipes del Imperio, que servía en él de ley fundamental, determinaba las ceremonias y forma de la elección de emperador y fijaba el número de electores)

Bula de Cruzada de Sixto IV, año 1484.

( Real Academia de Historia)

(www.rah.es)

BULA DE CRUZADA:

Indulgencia concedida por el Papa a quienes combatían en la España de la reconquista contra los infieles, y que se repartía a los particulares a cambio de un donativo. Su precio se fijó, con el tiempo, en dos reales de plata y su adquisición casi una obligación, por lo que de hecho se convirtió en un tributo de carácter religioso. Los privilegios de la bula no se concedían a perpetuidad, sino que, inicialmente, sólo se disfrutaban durante el tiempo en que se realizaba la campaña proyectada. Ya en el siglo XVI la concesión de la bula adquirió carácter permanente y desde entonces fue renovada cada cierto tiempo hasta febrero de 1966 en que fue abolida por el Papa Pablo VI.

Los ingresos fueron cedidos por los papas a los reyes de España para costear las guerras contra los infieles. A partir del Concordato de 1851 los ingresos quedaron bajo la administración del comisario de la Cruzada (cargo que ostentaba el Arzobispo de Toledo) para sufragar las obras de beneficencia de la Iglesia en España.

Para la realización del presente artículo se han tenido en cuenta los siguientes documentos:

– AA.VV.: “Diccionario de Lengua Castellana”. Madrid. Real Academia de la Lengua. 1776

– AA.VV.: “Diccionario de Lengua Española”. Madrid. Real Academia de la Lengua. 2014

– CERDÁN GOMÁRIZ, P.: “Inventario general de insultos”. Ediciones Del Prado. Madrid, 1995

– COROMINAS, J.: “Breve diccionario etimológico de la lengua castellana”. Editorial Gredos. Madrid, 1987

– VALDEÓN, Julio: “La Baja Edad Media. Crisis y renovación en los siglos XIV y XV”. Historia de España 5”. Información y Revistas. Madrid, 1981

 

 

 

 

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