De la A a la Z (33)

Relación de términos (incluidos insultos) que han tenido que ver con nuestra historia.

BRIGANTINA:

Palabra de origen incierto, quizás del francés antiguo brigandine (peto de acero).

Coraza disimulada en forma de jubón, de tejido fuerte, totalmente forrado de láminas metálicas.

Es usada ya en los siglos XIV y XVI.

Se distinguían las brigantinas de guerra de las de torneo pues las primeras se abrochaban sobre el pecho y las segundas al costado derecho.

Las más antiguas son de la segunda mitad del siglo XIV. Eran largas y bajaban hasta las rodillas, sin marcar la cintura. Al principio del siglo XV, se acortan y toman una forma más elegante con mangas completas. En su origen esta especie de jaco, no lo usaban más que las gentes de a pie y los que, primeramente, las emplearon fueron los bandidos, brigantes. En cuanto fue perfeccionándose su construcción, las adoptaron los señores, porque hacían a la vez oficio de coraza y de cota de armas, siendo menos costosas que los arneses.

Brigantina inglesa del siglo XVI

(www.es.wikipedia.org)

BRIGOLA:

Palabra procedente del término occitano bricola y este del alemán antiguo brechen (romper).

Máquina de que usaban los antiguos para batir las murallas.

Parece que es de origen italiano y es una especie de catapulta muy utilizada a lo largo de los siglos XII al XV en la zona sur de Europa. Sus proyectiles se impulsaban con el principio del balancín, pero con la particularidad de introducir un sistema de contrapeso de placas de plomo adosadas sobre las piezas de madera y la viga. Actuaba mediante tracción humana. Se empleó en el ataque a fortalezas y torreones asediados y la servían unos 15 hombres. Sus proyectiles solían ser bolas de piedra o material incandescente con un peso de 20 a 60 kilos, arrojados a una distancia de 50 metros aproximadamente y con una cadencia de tiro de una vez cada 10 o 15 minutos.

 

 

Brígola de dos capas del siglo XV

(www.maquinasdeasedio.com)

BRINCAR:

Palabra procedente del término portugués brincar (jugar, retozar) y este de brinco (juguete para los niños).

Primitivamente significaba anillo o sortija.

Aro que, junto con el engaste de la piedra preciosa, constituye un anillo.

Anillo visigodo

(www.pinterest,es)

BRINDAR:

Palabra procedente del término brindis.

Costumbre de chocar vasos y copas cuando se bebe y que proviene de las costumbre entre los romanos, quienes decían que al beber participaban del placer todos los sentidos excepto el oído.

Al chocar las copas, el oído quedaba también incluido.

Manifestar, al ir a beber vino, licor u otra bebida alcohólica, el bien que se desea a alguien o la

satisfacción por algo.

BRINDIS:

Palabra procedente del término alemán bring dir´s (yo te ofrezco)

Acción de brindar

BRÍO:

Palabra procedente del término céltico bri (aprecio, dignidad, honor), emparentado con el irlandés antiguo brig (fuerza).

Pujanza, valor, coraje o grandeza de espíritu.

En la frase: voto a bríos se apela a Dios (1525).

BRISCA:

Abreviación del término francés brusquembille que deriva del nombre de un comediante de principios de siglo XVII.

Juego de naipes parecido al tute, en el que se reparten tres cartas a cada jugador y se descubre otra que indica el palo de triunfo.

Valor de las cartas en la brisca

(www.juegosdeases.wordpress.com)

BROCADO:

Palabra procedente del término italiano broccato (espina, rama seca).

Tela de seda entretejida con oro o plata.

Los primeros brocados se fabricaron en China, donde el secreto de la seda era cuidadosamente custodiado. Desde allí, se extendieron hacia Persia y Bizancio.

El desarrollo de la fabricación de brocados en Bizancio (años 800-1200) favorece la difusión en la Italia de los siglos XIV y XV, principalmente en Venecia, Florencia, Génova y Milán. En Europa, se considera desde el principio un tejido valioso tanto por estar confeccionado en seda como por la complejidad de su elaboración; es prácticamente exclusivo de la realeza, la nobleza y el clero.

Detalle de brocado fabricado en Lyon en 1727

(www.es.wikipedia.org)

BROCAMANTÓN:

Palabra procedente de los términos Broca (dentón) y Mantón (pañuelo grande que se echa sobre los hombros).

Joya grande de oro o piedras preciosas, a manera de broche, que llevaban las mujeres en el pecho.

Detalle del brocamantón de la Emperatriz María Alexandrovna.

Retrato de F.X. Winterhalter

(www.mcvjoyeriaenplata.com)

BROMA:

Palabra procedente del término griego broma (caries) y de una palabra derivada bibrosko (devoro).

Molusco que carcome los buques.

Por la pesadez de los buques atacados de broma pasó a significar “cosa pesada” a finales del siglo XVI. De esté acepción pasó a “contrariedad, molestia, chanza y burla” en el siglo XVIII.

Detalle del molusco que carcome la madera de los barcos

(www.exponav.org)

BRONCHA:

Palabra procedente del término francés broche (joya).

Adorno de metales y piedras preciosas.

Arma corta, especie de puñal.

Broncha de metal

(www.laxabiera.com)

BROQUEL:

Palabra procedente del término francés antiguo bocler (guarnición de metal que el escudo llevaba en el centro).

Escudo pequeño de madera o de corcho, cubierto de ante con una guarnición de hierro en el canto y en media una cazoleta de hierro para que la mano pueda empuñar el asa, colocada por dentro.

En general, fue utilizado durante la Edad Media y el Renacimiento, consistiendo en una pobre protección frente a las arrojadizas (flechas sobre todo), pero útil para desviar el golpe de una espada o de una maza.

Broqueles

(www.armasyarmadurasenespaa.com)

BROZNO:

Este vocablo en su etimología es de origen incierto y de procedencia desconocida.

Dicho de una persona que es tosca o ruda.

Se dice de quien es de ingenio rudo, basto y pesado, y de carácter bronco y sin desbastar.

Es palabra muy antigua en castellano, empleada ya en el Calila e Dimna (siglo XIII).

 

Para la realización del presente artículo se han tenido en cuenta los siguientes documentos:

– AA.VV.: “Diccionario de Lengua Castellana”. Madrid. Real Academia de la Lengua. 1776

– AA.VV.: “Diccionario de Lengua Española”. Madrid. Real Academia de la Lengua. 2014

– CELDRÁN GOMÁRIZ, P.: “Inventario general de insultos”. Ediciones Del Prado. Madrid, 1995

– COROMINAS, J.: “Breve diccionario etimológico de la lengua castellana”. Editorial Gredos. Madrid, 1987

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