De la A a la Z (24)

Relación de términos y expresiones (incluidos insultos)  de nuestra historia.

BIBLIOTECA:

Palabra que procede del término latino “biblioteca” y este del griego “bibliotheke” (lugar donde se guardan libros).

Institución cuya finalidad consiste en la adquisición, conservación, estudio y exposición de libros y documentos.

Las bibliotecas nacen en los templos de las ciudades mesopotámicas, donde tuvieron una función conservadora, de registro de hechos unidos a la actividad religiosa, política, económica y administrativa.

En el antiguo Egipto existieron dos clases de instituciones: las Casas de los Libros (hacían las veces de archivos para la documentación administrativa) y las Casas de la Vida (centros de estudios para los escribas).

En la antigua Grecia el libro y las bibliotecas alcanzaron un gran desarrollo, adoptando éstas formas que pueden considerarse como antecedentes de las actuales. El periodo helenístico fue el del nacimiento de grandes bibliotecas legendarias, como la Biblioteca de Alejandría, que se crearon con la voluntad de reunir todo el conocimiento social de su tiempo y ponerlo a disposición de los eruditos.

Biblioteca de Alejandría.

Reconstrucción de la web NixPixMix

(www.historiaweb.com)

En Roma se fundó la primera biblioteca pública de la que hay constancia, por parte de Asinio Polión.

En los tiempos medievales, con las invasiones bárbaras y la caída del Imperio Romano de Occidente, la cultura retrocede y se refugia en los monasterios y escritorios catedralicios, únicos lugares que albergan bibliotecas dignas de tal nombre. Son centros donde se custodia la cultura cristiana y los restos de la clásica, al servicio de la religión.

A partir de la Baja Edad Media, con la creación de las universidades primero y con la invención y difusión de la imprenta después, se fundan las nuevas bibliotecas universitarias, al tiempo que el libro alcanza a nuevos sectores de la población. Ejemplo de ello es la Biblioteca de la Universidad de Salamanca.

El Renacimiento vio surgir un nuevo modelo de biblioteca, la principesca. Esta corriente desembocará en la aparición de bibliotecas reales y de la alta nobleza que, merced a los nuevos valores, se abren a un público de eruditos y estudiosos. En España destacan la de la Universidad Complutense y la de El Escorial, creada por Felipe II, modelo de las posteriores bibliotecas barrocas.

Durante el siglo XVIII se creó la Biblioteca Real, germen de la Biblioteca Nacional de España, que se abrió en 1719. Para su fundación el rey la dotó con los libros que existían en el Palacio Real y otros de su propiedad. Parece ser que además donó varias medallas y otras antigüedades. Dio constituciones para su gobierno y nombró un bibliotecario mayor, cuatro bibliotecarios, cuatro escribientes y otros individuos; y señaló un caudal suficiente para la adquisición de libros.

En Salamanca existieron dos bibliotecas dignas de tener en cuenta: la del Cabildo y la de la Universidad.

LA BIBLIOTECA DEL CABILDO DE LA CATEDRAL:

De acuerdo con el inventario escrito en 1533, la biblioteca del Cabildo podía compararse con la del Estudio Salmantino en 1610, fecha del inventario más antiguo que se conserva de la biblioteca universitaria.

Los libros de la primitiva biblioteca del cabildo se guardaron en arcas, mezclados con el tesoro de la catedral y custodiados por el tesorero de la misma. Las sucesivas donaciones y adquisiciones de libros obligaron a habilitar una capilla en el claustro de la catedral que hiciese las funciones exclusivamente de librería; esto debió ocurrir durante el siglo XIV, siendo escogida la primitiva capilla de Santa Catalina (más pequeña que la actual) y que posteriormente se amplió. Durante algún tiempo del siglo XVI se debieron trasladar los libros a otra capilla, aunque durante la segunda mitad de ese siglo retornaron a la capilla hasta el año 1790 que fue trasladada a una sala del Archivo.

 

Aspecto actual de la capilla de Santa Catalina de la Catedral Vieja de Salamanca

(www.verpueblos.com)

Los libros estaban colocados en bancos o pupitres perpendiculares a las ventanas y los libros se consultaban en los mismos bancos en que estaban colocados y sujetos con cadenas. El inventario de 1533 habla de veinticuatro bancos de libros.

Los libros que allí se podían consultar iban desde libros corales; biblias, comentarios y glosas a varios libros del Antiguo Testamento; obras de San Gregorio. Jerónimo, Isidoro u Orígenes; sermones del papa Inocencio; obras de Salustio y Virgilio. Hubo donaciones del obispo don Gonzalo de Vivero (1442-1480), del obispo don Juan de Castilla (1510), Diego de Deza, León de Castro o Pedro de Osma entre otros.

A partir del siglo XVIII la biblioteca del Cabildo sufrió un despojo y el destino de sus obras se desconoce.

LA BIBLITECA UNIVERSITARIA

En los inicios del Estudio General salmantino la biblioteca universitaria debió ser muy deficitaria, con obras de Avicena (para Medicina), Aristóteles (para Filosofía Natural y Lógica), Prisciano (Gramática), Boecio (Música) ; las Constituciones, Privilegios y Concordias del Estudio salmantino y, por supuesto, la Biblia, de caligrafía perfecta. Durante el siglo XV se compraron libros de Derecho (en pergamino y papel), textos de Santo Tomás y los manuscritos donados por Juan de Segovia a la Universidad en el año 1457.

Desde finales del siglo XV hasta 1611 se adquieren manuscritos (la mayor parte de Derecho Canónico y Civil), escritos de Santo Tomás, libros de Teología, de Griego, de Hebraico, de artes y medicina. Existen donaciones de manuscritos de Derecho Canónico; incunables y ediciones del siglo XVI de clásicos griegos, latinos y de historia.

Aspecto de la Biblioteca Antigua de la Universidad de Salamanca

(www.bibliotecas.usal.es)

El inventario de 1611 es el más antiguo que se conserva y se relacionan unas 800 obras entre manuscritos e impresos, aunque en realidad debían existir algunos millares de libros.

Posteriormente siguió recibiendo donaciones varias y fue durante la segunda mitad del siglo XVIII y el siglo XIX cuando se ingresaron manuscritos e impresos que le dieron la categoría y la fama que tiene. Se nutrió de compras  de libros de matemáticas, física experimental, filosofía y los famosos libros redondos. Además acogió la librería de los Jesuitas tras la expulsión de estos (unos 12.000 volúmenes) y de los colegios mayores desaparecidos.

A modo de resumen se puede decir que la biblioteca antigua de la universidad cuenta con unos 150.000 volúmenes, 469 incunables y 2763 manuscritos. Guarda además 3.500 legajos del archivo universitario con la documentación del Estudio salmantino desde 1243.

BICOCA:

Palabra procedente del término italiano “bicocca” y este del nombre de la población italiana Bicocca y nombre de la batalla que en este lugar libraron franceses y españoles en el año 1522.

Fortificación pequeña y de poca defensa.

Coloquialmente se utiliza como sinónimo de chollo o cosa de poca estima y aprecio.

Piqueros suizos en la batalla de Bicoca

(www.tabernadebrottor.com)

El Diccionario de Autoridades lo define como torrecilla de madera hecha a modo de garita en la que se mete un soldado y pueda con mayor comodidad hacer de centinela y estar guarecido de los temporales.

BICOS:

Palabra procedente del término latino “beccus” (pico)

Ciertas puntillas de oro que se ponían en los birretes de terciopelo con que antiguamente se cubría la cabeza.

Imposición de birretes doctorales en la Universidad Complutense.

(www.es.wikipedia.org)

BIDENTE:

Palabra del término latino “bidens” (de dos dientes)

Palo largo con una cuchilla en forma de media luna que usaban los primitivos españoles.

Mosaico romano que muestra el uso del bidente para cazar liebres

(www.es.mitologia.wikia.org)

BIENES:

Palabra procedente del término latino “bene” (bien)

Aquello que en sí mismo tiene el complemento de la perfecciónen su propio género, o lo que es objeto de la voluntad, la cual ni se mueve ni puede moverse sino por el bien.

Patrimonio, hacienda, caudal.

El Diccionario de Autoridades lo define como hacienda o riqueza.

BIENES ADVENTICIOS:

En el antiguo derecho, son los bienes que el hijo de familia, que estaba bajo la patria potestad, adquiría por su trabajo en algún oficio, arte o industria o por fortuna.

BIENES COMUNALES O CONCEJILES

Pertenecen a un municipio u otra entidad local y están destinados al aprovechamiento de sus vecinos.

Representación de campesinos de la Edad Media trabajando un terreno comunal

(www.contenidosdigitales.ulp.edu.ar)

BIENES DE ABADENGO:

Bienes que estaban situados en el territorio jurisdiccional de alguna autoridad eclesiástica  y  se hallaban exentos de ciertas contribuciones.

BIENES DE REALENGO

Bienes que estaban afectos a los tributos y derechos reales

BIENES PROPIOS

Bienes de un municipio o entidad local menor no afectos al uso común de los vecinos sino a producir rentas patrimoniales

BIENES SECULARIZADOS

Bienes que eran eclesiásticos y fueron objetos de desamortización.

Para la realización del presente artículo se han tenido en cuenta los siguientes documentos:

– AA.VV.: “Diccionario de Lengua Castellana”. Madrid. Real Academia de la Lengua. 1776

– AA.VV.: “Diccionario de Lengua Española”. Madrid. Real Academia de la Lengua. 2014

– BASTÚS Y CARRERA, V.J.: “Diccionario Histórico enciclopédico. Tomo I”. Barcelona. 1833

– COROMINAS, J.: “Breve diccionario etimológico de la lengua castellana”. Editorial Gredos. Madrid 1987

– FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, M (director). Del capítulo: PESET, M. y GONZÁLEZ GONZÁLEZ, E.: “La Universidad de Salamanca II”. Ediciones Universidad de Salamanca. Salamanca, 1990

– MARCOS RODRÍGUEZ, F: “Historias y Leyendas Salmantinas”. Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Salamanca. Salamanca, 1983

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