De la A a la Z (22)

Relación de términos y expresiones (incluidos insultos)  de nuestra historia.

BEATERIO:

Palabra procedente del término latino “beatus” (feliz, bienaventurado, beato)

Casa en que viven las beatas formando comunidad y siguiendo alguna regla.

Residencia o lugar de acogida de las mujeres de los nobles salmantinos cuando éstos iban a la guerra contra los musulmanes. Si el cónyuge moría en la batalla podían convertir su estancia temporal en definitiva.

Esta casa era un monasterio junto a la iglesia de Samcti-Spíritus (convertido posteriormente en cárcel hasta bien entrado el siglo XX) donde residían las Beatas de Santa Ana (posteriormente denominadas Comendadoras de Santiago).

Otro de los ejemplos es el Convento de las Dueñas, fundado por Doña Juana Rodríguez Maldonado en el año 1419.

Fachada del Convento de las Dueñas

(www.es.wikipedia.org)

BEATO, TA:

Palabra procedente del término latino “beatus” (feliz, bienaventurado, beato).

Persona que lleva hábito religioso sin vivir en comunidad ni seguir una regla determinada.

Mujer que vive con otras en clausura o sin ella bajo cierta regla.

Mujer que con hábito religioso se emplea en pedir limosna o en otro tipo de menesteres en nombre de la comunidad a la que está agregada.

Códice manuscrito de los siglos VIII y XIII que reproduce los Comentarios al Apocalipsis, escritos a finales del siglo VIII por el monje Beato de Liébana, abad del monasterio de Santo Toribio, en el valle de Liébana (Cantabria). Sus ilustraciones son una verdadera joya de la miniatura mozárabe.

Ejemplos de ellos son: el Beato de San Salvador de Tábara, miniado por el monje Magio (926); el Beato de Valcavado o Beato de Valladolid (970); el Beato de San Millán de la Cogolla (segundo tercio del siglo X); el Beato miniado por Facundo para el rey Fernando I de Castilla (siglo XI); el Beato de Santo Domingo de Silos (siglo XI) o el Beato de San Pedro de Cardeña (siglo XII).

Beato de Liébana.

Ilustración en el que aparecen profetas cantando alrededor del Agnus Dei

(www.artehistoria.com)

BECA:

Palabra de origen incierto, quizás del término hebreo “becah” (medida equivalente a la mitad de un siclo)

Banda de tela que usaban los colegiales como distintivo y que la portaban plegada sobre el pecho y con los extremos colgando por la espalda. Hoy solo se usa en ciertos actos, como en el de la graduación.

Vestido que bajaba de la cabeza por la espalda hasta cerca de los pies, llevado por ciertos clérigos sobre las sotanas.

Imagen de clérigo con beca

(www.dicter.usal.es)

BECERRO:

Palabra de origen desconocido, quizás ibérico, probablemente de “ibicirru”, derivado del hispanolatino “ibex” (rebeco).

Libro en que las Iglesias y monasterios antiguos copiaban sus privilegios y pertenencias, para el uso manual y corriente. También hoy se llaman así los libros en que algunas comunidades tienen sentadas sus pertenencias; y el libro en que están sentadas las Iglesias y piezas del real patronato que se conserva en su secretaría, se llama el libro becerro del real patronato.

Libro en que, de orden del Rey Don Alonso XI y de su hijo el Rey Don Pedro I, se escribieron las behetrías de las merindades de Castilla y los derechos que pertenecían en ellas a la Corona, a los partícipes.

Libro Becerro de Cáceres.

En él se recogen copias de documentos del siglo XII al XVI.

(www.hoy.es)

BEDEL:

Palabra procedente del término occitano “bedel” y este del franco “bidil” (ujier).

En los centros de enseñanza, persona cuyo oficio es cuidar del orden fuera de las aulas, además de otras funciones auxiliares.

BEDEL MAYOR: Ministro de cargo honorífico que tenían las universidades y estudios generales, cuyo oficio era velar las aulas, prevenir las fiestas y días de asueto en que no hay estudio, saber y avisar donde se venden y compran los libros o citar para las juntas.

Según las constituciones de Benedicto XIII y Martín V, el Bedel Mayor estaba subordinado al Rector, con el que se comunicaba en todo momento en el claustro. Lo asistía en las solemnes honras fúnebres que se celebraban en honor de los profesores fallecidos, en el seguimiento diario del calendario lectivo y en la publicación de las plazas vacantes del profesorado. En los actos solemnes de la Universidad o en los que asistía fuera de ella, hacía labores de ayuda de cámara del rector.

Todos los años prestaba juramento de fidelidad para ejercer sus funciones, y según la Constitución de Martín V el bedel convocaba a los doctores y maestros para que prestaran juramento ante el nuevo rector. Era el encargado de publicar los nombres de los bachilleres autorizados para las lecturas fuera del ámbito de la Universidad. También avisaba a los doctores para que asistieran a las pruebas para la obtención del grado de licenciado.

El cargo de bedel mayor no podía ser ocupado por el rector ni por los consiliarios. En 1538 se excluyeron para el cargo a los maestros y doctores. En las primeras décadas del siglo XVI su salario ascendía a 15 florines anuales, a los que había que añadir otros ingresos de la colecta, gratificaciones obtenidas por su intervención en las graduaciones y en otros servicios especiales para los que se requería su presencia. En el caso de cometer falta grave, el bedel podía ser sancionado con la pérdida de la mitad de su salario.

La Casa del Bedel, residencia de Bedel Mayor de la Universidad de Salamanca, se encuentra en la misma manzana del edificio histórico, pero en la parte trasera, enfrente de la fachada del Perdón de la Catedral Nueva. La Universidad ha instalado en ella una tienda para la venta de productos propios: libros, grabados, cuadernos, escudos, plumas, bisutería, joyería, entre otros objetos de recuerdo.

Fachada de la casa del Bedel Mayor de la Universidad de Salamanca.

(www.lacronicadesalamanca.com)

BEHETRÍA:

Palabra procedente del término “benefactría” (benefactor).

Antiguamente, población, cuyos vecinos, como dueños absolutos de ella, podían recibir por señor a quien quisiesen.

Nombre que recibía, durante la Edad Media, la heredad cuyo propietario era un campesino libre y que le permitía elegir a voluntad la protección del señor que más le conviniera a cambio de pagar alguna gabela o prestar determinados servicios, con la ventaja de que podían rescindir el vínculo cuando quisieran.

La trama de derechos del campesino y del señor fue haciéndose cada vez más confusa, llena de tensiones, originando multitud de pleitos y querellas; de ahí que el término behetría haya pasado a significar “confusión o desorden”.

Portada de Libro Becerro de las Behetrías de Castilla.

Manuscrito del siglo XIV

(www.es.wikipedia.org)

BEOCIO:

Palabra procedente del término latino “boeotius” (natural de Beocia, región de Grecia).

Natural de Beocia y perteneciente a esa región de la Grecia antigua. La fama se la dio el clima hostil de esta región griega, fría, húmeda en exceso, recorrida por las nieblas que saturaban la atmósfera, todo lo cual, según los antiguos, explicaba la escasa cultura y cortos alcances de sus naturales. A ello se superponía el hecho probable de que el nombre de Beocia derive de una voz griega, bous = «buey», por abundar la región en ellos, lo que puede tener algo que ver con la equiparación del beocio con el bobo.

Ignorante, tonto; sujeto de pocas luces que, a su condición de estúpido, une a menudo la de atrevido y osado.

«Las Pamemas de Mantisa» de Lope de Vega,

poema de insultos.

(www.pucelarte.wordpress.com)

Para la realización del presente artículo se han tenido en cuenta los siguientes documentos:

– AA.VV.: “Diccionario curioso de Salamanca”. Gruposa S.A.; Salamanca, 2007

– AA.VV.: “Diccionario de Lengua Castellana”. Madrid. Real Academia de la Lengua. 1776

– AA.VV.: “Diccionario de Lengua Española”. Madrid. Real Academia de la Lengua. 2014

– CERDÁN, P.: “Inventario general de insultos”. Ediciones del Prado

– MÁLAGA, J.: “La casa del bedel”. La Crónica de Salamanca.com

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