CURIOSIDADES DE NUESTRA HISTORIA: ASÍ PUDO EMPEZAR TODO

Bifaz con dos caras, De sobrehistoria.com
Bifaz con dos caras, De       sobrehistoria.com

La Historia es un incesante volver a empezar

TUCÍDIDES (460-396 A.C.) Historiador ateniense

¿Tenemos un pasado más allá de la Universidad,  las catedrales, el puente romano o los castros? ¿Cuáles fueron nuestros inicios? ¿Cómo empezó todo?

Miremos en la Prehistoria: período de la humanidad anterior a todo documento escrito y solo se conoce por determinados vestigios, como construcciones, instrumentos, huesos humanos o de animales, etc. (Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua)

Podemos considerar la aparición de la escritura como la frontera que existe entre Prehistoria e Historia y su importancia estriba en que sólo a través de los testimonios escritos podemos conocer con certeza hechos, acontecimientos y modos de vida de nuestros antepasados.

Cuando no hay testimonios escritos será la arqueología la que se convierta en el único medio para reconstruir los sucesos ocurridos en la prehistoria, a través del estudio de restos materiales, utensilios, grandes monumentos u obras de arte dejados por los humanos del pasado.

Todo eso, ¿lo tenemos en nuestras tierras?, ¿podemos decir que hace  decenas de miles de años se pasearon, cazaron, vivieron y murieron hombres y mujeres por nuestras llanuras, montañas y riberas?

Y para facilitar las cosas, creemos necesario hacer algunas precisiones sobre etapas de la Prehistoria, sin extendernos en explicaciones que nos ocuparían mucho espacio.

La Prehistoria engloba la Edad de Piedra y la Edad de los Metales.

La Edad de Piedra la podemos dividir en tres períodos: Paleolítico, Mesolítico y Neolítico. La Edad de los Metales está, a su vez, dividida en tres etapas: Edad del Cobre, Edad del Bronce y Edad del Hierro.

PALEOLÍTICO: etimológicamente significa “piedra antigua”. Su comienzo se remonta, según parece, a unos 2.800.000 años y constituye una etapa en la que el ser humano utilizaba herramientas a base de piedra (tallada), huesos y palos. Durante este período el ser humano era cazador, pescador y recolector, llevaba una vida nómada siempre próxima a los ríos o la costa. Es en esta época cuando  comenzó a utilizar el fuego (aproximadamente hace 1.500.000 años) y tenía creencias religiosas y realizaba ceremonias funerarias. Aparece, al final (en el llamado Paleolítico Superior) el arte rupestre y las pinturas en cuevas.

MESOLÍTICO: período comprendido entre el 10.000 y el 5.000 a.C. Su nombre significa «entre piedras«. Se usa para determinar un periodo de tiempo entre paleolítico y el neolítico.

Durante el mesolítico se producen profundos cambios climáticos a partir del 10.000 a. C. Esto determina que las condiciones de vida mejoren y que el hombre tienda a abandonar poco a poco las cuevas para vivir al aire libre.

Los hombres del Mesolítico eran nómadas, con alojamientos de invierno y campamentos de verano. Seguían siendo cazadores y recolectores y hay indicios de sedentarismo humano.

NEOLÍTICO: Etimológicamente significa “piedra moderna”. La fecha de aparición es difícil de precisar aunque se puede ubicar el inicio hace 5.000 años. Es cuando el ser humano descubre la agricultura y la ganadería (aunque siga practicando la caza y la recolección) y se convierte en sedentario, construyendo los primeros poblados. Utilizaba herramientas más elaboradas con huesos y piedras pulidas y desarrolló la cerámica.

EDAD DE LOS METALES: es el último período de la Prehistoria y es llamada así porque los seres humanos descubrirán y utilizarán los metales. Abarcaría, en algunos lugares hasta el primer milenio a.C.

Este período se subdivide en tres etapas, de acuerdo al metal que el hombre fue usando progresivamente. La más antigua es la Edad del Cobre, posteriormente vino la Edad del Bronce y finalizó con la Edad del Hierro. Será en esta última etapa cuando se desarrollen las primeras civilizaciones que acabarían por inventar la escritura, entrando ya de lleno en la Historia.

Pero vayamos a nuestra historia particular. O mejor dicho, a nuestra prehistoria particular.

Si tuviéramos que poner ejemplos de datos de Prehistoria quizás nos venga a la memoria Atapuerca y su sima de los huesos o la Gran Dolina, Altamira y sus pinturas o la Cueva de Nerja en Málaga.

Hasta no hace mucho, los arqueólogos databan la aparición del hombre en Europa en torno a los 500 000-600 000 A.C. Los restos del Paleolítico Inferior en la Península Ibérica eran muy escasos.

Sin embargo, los descubrimientos realizados en Atapuerca (Burgos), han cambiado totalmente los esquemas y las teorías. Ya en 1994, en los trabajos realizados en la Gran Dolina, aparecieron los restos del homínido más antiguo hallado hasta entonces en Europa (entre los 800 000-780 000 años). Después, en el año 2007, en la Sima del Elefante, se recuperó una mandíbula que se dató entre los 1,3 y 1,2 millones de años.

En la Sima de los Huesos se han encontrado numerosos restos (se han llegado a estudiar más de treinta y dos individuos) cuya antigüedad se estima en más de 300.000 años.

Sí, sí. Pero, ¿y en Salamanca? ¿Qué papel ha jugado la prehistoria en nuestras tierras? ¿Hay datos de interés?

En los últimos 100 años las investigaciones han aportado datos, interpretaciones, restos y monumentos singulares, no siempre bien conocidos.

Personas como el granadino  Manuel Gómez Moreno (1870-1970), estudiando y catalogando una serie de yacimientos relevantes; el padre agustino César Morán (1882-1952), del cual hablaremos en otro capítulo más detenidamente pues tiene interés por sus trabajos en zonas próximas a Villamayor;  Hernández Pacheco descubriendo o estudiando pinturas rupestres; Martín Jiménez o Domingo Sánchez excavando castros; Juan Maluquer (1915-1988), publicando la Carta Arqueológica de Salamanca o realizando trabajos que aportaron importantes conocimientos de la Edad de los Metales en nuestra provincia, son ejemplos de interés.

En los años ochenta el Museo de Salamanca realiza numerosas investigaciones del fenómeno megalítico.

El Padre Ignacio Belda llevó a cabo descubrimientos importantes del Paleolítico.

Manuel Santonja, Nicolás Benet, Fabián García o José Ignacio Martín han sacado a la luz yacimientos distribuidos a lo largo y ancho de nuestra provincia.

En 1983 se acomete la realización del Inventario Arqueológico provincial, financiado por la Diputación Provincial, el Ministerio de Cultura y la Junta de Castilla y León. La primera versión de este proyecto elevaba hasta una cifra de 647 yacimientos arqueológicos distribuidos en 250 de los 382 municipios que entonces formaban la provincia.

Todos estos estudios nos han permitido comprobar que desde el Paleolítico Inferior existen comunidades nómadas, dedicadas a la caza y a la recolección, en las proximidades de las cuencas fluviales (sobre todo cercanas al Tormes, Huebra, Yeltes y Águeda) donde encontrarán caza y abundante materia prima necesaria para fabricar utensilios y armas.

Lugares con industrias del Paleolítico Inferior se han encontrado en el valle del río Agueda y se reparten entre los términos municipales de Saelices el Chico, Carpio de Azaba y Ciudad Rodrigo.

(“Investigaciones dobre el Paleolítico en el valle del río Águeda”, José Ignacio MARTÍN BENITO. En Salamanca Revista de Estudios nº 5-6)

En cuanto a los lugares próximos al río Yeltes tenemos ejemplos en Castraz de Yeltes donde se llevó a cabo el hallazgo de “El Basalito” considerado como una de las más importantes manifestaciones del Paleolítico Inferior, desde el punto de vista técnico y cultural, de la Meseta española. Próxima al anterior se halla la ocupación paleolítica de la «Mesa Grande», situada en un altozano sobre el río Yeltes, próximo a la confluencia del río Morasverdes con aquél con abundantes cantos de cuarcita procedentes en su origen, por arrastre, de la Sierra de la Peña de Francia.

(“Paleolítico Inferior en el río Yeltes”, José Ignacio MARTÍN BENITO. En Salamanca Revista de Estudios nº 7)

La distribución de lugares con industrias del Paleolítico Inferior próximas a los ríos salmantinos se pueden completar con la siguiente lista: Barruecopardo, El Cubo de Don Sancho, La Vide (Muñoz), Rincón (San Muñoz), Tamames, Baños de Ledesma, La Mata de Ledesma, San Pelayo de Guareña, Forfoleda, alrededores de Salamanca, Calvarrasa, Villagonzalo, El Sierro (Alba de Tormes), o La Maya

(“La industria inferopaleolitica de «El Lombo»: un yacimiento del achelense antiguo en el curso del valle del río Yeltes” José Ignacio MARTIN BENITO. En Salamanca Revista de Estudios nº 22-23)

No solo existen restos líticos (de piedra tallada) también hay manifestaciones artísticas de interés en cuanto al denominado arte rupestre (dibujo o boceto que el hombre ha realizado sobre paredes de cavernas, abrigos rocosos o barrancos).

Vayamos con varios ejemplos.

Siega_Verde_ de wikimedia.org

Siega_Verde_ de wikimedia.org

SIEGA VERDE

El arte paleolítico tiene uno de sus principales exponentes en la estación paleolítica de Siega Verde, en el término municipal de Villar de la Yegua (Salamanca).

Este yacimiento de arte rupestre parietal, fue descubierto en 1988, por Manuel Santoja y Rosario Pérez, profesores que, trabajando para el inventario arqueológico de Salamanca, encontraron en la vega del río Águeda, al aire libre, figuras realizadas en piqueteado; representaciones de caballos, cabras, toros y ciervos, entre los más comunes y otros como los renos y bisontes, especies hoy extinguidas en estas latitudes, o rinocerontes lanudos, especie extinta y propias de climas fríos.

Desde entonces se han llegado a catalogar más de quinientos grabados zoomorfos del Paleolítico Superior (hace 20 000 años) y antropomorfos más recientes (hace 12 000 años), en 94 paneles, a lo largo de tres kilómetros a orillas del río Águeda.

Las imágenes realizadas con las herramientas de piedra, son el resultado de varias técnicas utilizadas. Predomina el piqueteado (delimita el contorno de la figura a base de puntos realizados mediante percusión con la piedra), la incisión (fina línea grabada mediante presión con un material puntiagudo) y la abrasión o raspado (surcos más anchos o profundos).

Pinturas Rupestres Batuecas. De miespacionatural.es
Pinturas Rupestres Batuecas. De miespacionatural.es

LAS BATUECAS

En el parque natural  de Las Batuecas se han localizado quince abrigos rocosos (El Canchal de las Cabras Pintás, el del Águila, los de la Pizarra o del Zarzalón, la Cueva del Cristo o el Canchal de Villita) que constituyen un conjunto de pintura esquemática dentro del arte postpaleolítico.

Las imágenes reproducen sencillas figuras animales y humanas mediante barras o puntos, con colores como el ocre, rojo, negro, amarillo y blanco.

Otros ejemplos de arte rupestre los encontraremos en Valero (Conjunto de Valero y las Quilamas), Ciudad Rodrigo (Bonete del Cura) o Pereña (Pella Rubia).

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