CURIOSIDADES DE NUESTRA HISTORIA (29)

LA SIERRA TAMBIÉN SE REPOBLÓ

Alfonso IX accede al trono en el año 1188 y hereda del monarca anterior (Fernando II) unas líneas de actuación con tres frentes: enfrentamientos con Castilla, afianzamiento de las posiciones fronterizas en el sur del reino y expansión militar por Extremadura. Ello provocará el impulso de algunas repoblaciones con las que el monarca tratará de completar la organización territorial llevada a cabo por su padre al norte del Sistema Central, entre las que se encuentra la repoblación de la sierra salmantina llevada a cabo a finales del siglo XII y principios del siglo XIII.

Alfonso IX de León, según miniatura existente en la Catedral de Santiago

(www.europapress.es)

Las noticias de que disponemos son muy escasas, aunque sorprende muchísimo el retraso en repoblar el territorio serrano, sobre todo en aquellos lugares estratégicos para el reino leonés, como pueden ser Salvatierra (enclave frente a Castilla) o Montemayor (punto por donde atravesaba el Sistema Central la Calzada de la Plata para penetrar en la Meseta).

Puede, sin embargo, que existieran factores que provocaron este retraso. Por una lado,  ya había poblaciones fuertes ubicadas frente a Castilla (Salamanca) o Portugal (Ciudad Rodrigo); por otro lado, las continuas repoblaciones que se habían venido  practicando desde principios del siglo XII pudieron agotar las “reservas demográficas” de los territorios del norte del reino que se habían convertido en proveedores tradicionales de efectivos humanos.

Pero no solo se produjo un posible agotamiento de la población. Durante este tiempo se habían llevado a cabo otras repoblaciones en el reino (Tierra de Campos) o se habían producido mejoras en las condiciones sociales del campesinado, tanto en las nuevas pueblas (Benavente, Tordehumos, etc.) como en los señoríos. Ello pudo producir un frenazo del éxodo de la población hacia los territorios de la Extremadura del Duero.

Además, no hay que olvidar la propia configuración del terreno, con numerosos valles que dificultaban la inserción de las distintas aldeas en un territorio más amplio y fácil de administrar desde la villa cabecera del concejo. Pero no solo eso, los campesinos de la llanura, especializados en la producción agrícola, verían poco atractiva la zona serrana y no serían fáciles de convencer para que trasladaran su residencia a estos lugares serranos.

Por último, en este retraso de la repoblación debió jugar un papel importante el Tratado de Tordehumos (1194) entre Castilla y León y en cuyas cláusulas se contemplaba que ambos reinos se comprometían a limitar las actividades repobladoras en los territorios limítrofes de montaña.

Todos estos factores que estamos comentando pudieron explicar la debilidad de la repoblación en la sierra salmantina que quedó limitada a varios núcleos de población, entre los que se encontraban Salvatierra, Miranda y Montemayor.

Restos del castillo de Salvatierra de Tormes

(www.es.wikipedia.org)

Lo que hoy conocemos como Salvatierra de Tormes constituía una avanzadilla del concejo de Alba frente al concejo de Ávila, que la rodeaba por el este y por el sur. Las tensiones entre los reinos de Castilla y León se reflejarán en la guerra de 1196-1197 y ello motivó que el monarca Alfonso IX decidiera repoblar esta tierra e intensificar la repoblación de la propia Alba de Tormes.

La repoblación de la Sierra de Francia se inicia también a finales del siglo XII. En el año 1188 el  monarca leonés entrega al arzobispado de Santiago la mitad de la villa de Herguijuela; cuatro años más tarde extiende la donación al resto de la villa y a Sotoserrano. En el año 1215 se delimita el alfoz de Miranda en el que quedan incluidos los antiguos términos de Miranda y de Montemayor, excepto San Martín del Castañar que se adjudicó al obispado de Salamanca a pesar de las protestas del concejo mirandés.

Vista general de la villa de Miranda del Castañar

(www.lugaresconhistoria.com)

Años más tarde Montemayor se segregará del alfoz de Miranda y formará uno propio, constituyendo una especie de cuña entre este y el de Béjar que ya, por esa época, se había segregado del de Ávila.

¿Por qué esta actividad segregadora por parte del monarca? Es posible que Alfonso IX tratase de darle al territorio una peculiaridad especial pues constituía una punta de lanza del reino para apuntalar la frontera con Castilla y controlar la Calzada de la Plata que atravesaba el Sistema Central, siguiendo el valle del Alagón que se dirige al Tajo a través de la depresión tectónica que separa la Sierra de Béjar y la Sierra de Francia; depresión que constituía, por otra parte, el núcleo del territorio recién repoblado de Montemayor.

Vista general de Montemayor,

con el Castillo de San Vicente dominando la villa.

(www.blog.hotelregio.com)

Tanto esfuerzo no tuvo excesiva recompensa y estos alfoces serranos nunca llegaron a tener el mismo peso específico que los grandes concejos de las tierras llanas situados más al norte. Por varios motivos: Castilla y León se unen en el año 1230 y ya no tendrán trascendencia estos lugares estratégicos; las fronteras se desplazarán hacia el extremo sur de la península con la conquista de la mayor parte de Andalucía;  y la escasa entidad económica y física del lugar serrano.

Hasta ahora no hemos nombrado un núcleo aparentemente importante en los espacios serranos: Béjar. ¿Qué pasa con él?

Las noticias de las que disponemos nos indican que fue repoblada sobre el año 1180 por el monarca Alfonso VIII de Castilla, en un lugar donde debería existir una pequeña aldea.

Alfonso VIII de Castilla, en una miniatura medieval

(www.es.wikipedia.org)

La nueva puebla se inserta en el alfoz de Ávila tal y como señala un documento del propio Alfonso VIII, fechado en el año 1181 confirmando los límites del citado alfoz y que habían sido marcados por los monarcas anteriores (Alfonso VII y Sancho III). Según este documento, el alfoz abulense estaría delimitado en su parte sur y suroccidental por Berrocal y la Vera.

Su caso es muy particular pues es la única villa perteneciente a la actual provincia de Salamanca que no tuvo a lo largo de toda la Edad Media ninguna relación institucional con la misma. No tuvo relación política puesto que hasta el año 1205 en que se independizó perteneció al concejo de Ávila. No tuvo relación religiosa, pues a partir del año 1209 pasa a depender de la diócesis de Plasencia (y aún hoy en esas estamos) que el monarca castellano había instaurado para que sirviera de contrapeso a la influencia de la sede leonesa de Coria.

Murallas de origen medieval de Béjar

(www.corraldelaantigua.com)

Para la realización del presente artículo se han utilizado los siguientes documentos:

– BONILLA HERNÁNDEZ, J.A.; HERNÁNDEZ DÍAZ, J.M. y MARTÍN MARTÍN, J.L. “Historia de Salamanca”.  Ediciones GRUPOSA. Salamanca, 1996

– MÍNGUEZ, J.M.  “La repoblación de los territorios salmantinos. Las repoblaciones del siglo XII”. Correspondiente al capítulo I de HISTORIA DE SALAMANCA II  (coordinador J.M. Mínguez, director  J.L. Martín),  Centro de Estudios Salmantinos. 1997

– VILLAR Y MACÍAS, M.  Desde la repoblación a la fundación de la universidad. Historia de Salamanca. Libro II”. Salamanca, 1887

 

 

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