CURIOSIDADES DE NUESTRA HISTORIA (28)

LA REPOBLACIÓN DE CIUDAD RODRIGO

Poco se sabe de la situación de la zona suroccidental de la provincia de Salamanca (del territorio de la actual Ciudad Rodrigo)  anterior a la repoblación. Sí conocemos  que se hallaba atravesado por dos calzadas romanas: la Colombriana (unía Salamanca con Coimbra) y la Dalmacia (entraba en la provincia por el Puente Mocho, en Ledesma, se dirigía hacia Ciudad Rodrígo y cruzaba la Sierra de Gata por el actual Puerto Perales uníendose, en Alconétar, en Cáceres, a la Vía de la Plata).

Parece ser que en la confluencia de ambas vías se encontraría una pequeña aldea que guardaría alguna relación con la antigua Miróbriga romana.

Tramo de la calzada romana, denominada Vía Dalmacia,

a su paso por Gata

(www.inforaya.es)

Tras la conquista de Toledo y la repoblación de los grandes concejos de la Extremadura del Duero la política de expansión se dirigió hacia la zona media del Tajo y los movimientos de las milicias concejiles de Segovia, Ávila y Salamanca se servían de los pasos de Navacerrada, Guadarrama y el Puerto de Béjar para acceder a la zona del Reino de Toledo. Todo ello se traducía en que los territorios situados al oeste de la Ruta de la Plata estaban condenados a la más absoluta marginalidad  y en concreto la vía Dalmacia quedaba desprovista de sus funciones.

Por lo demás, hay que señalar que en este territorio suroccidental, a juzgar por la toponimia, predominaba una población autóctona a la que se sumarían efectivos de origen bereber y mozárabe, arrinconados en la vertiente norte de la Sierra de Gata.

A pesar de todos estos condicionantes, el territorio atrajo la atención del concejo de Salamanca, sobre todo de aquellos caballeros que lo consideraban como zona de expansión del alfoz salmantino. Es de destacar que desde mediados del siglo X  y durante todo el siglo XI, tras la recuperación de la hegemonía política y militar del Reino de León, se habían potenciado las incursiones (razzias) cuyo objetivo era el botín y que estaban dirigidas contra la población musulmana de la sierra y de la Extremadura actual utilizndo la vía Dalmacia, mucho menos problemática que la Vía de la Plata.

Las posibilidades de acceso a través de la Vía Dalmacia a los territorios andalusíes son patentes ya en el año 1136 cuando las milicias salmantinas participaron en el asedio de Coria y la conquista (por poco tiempo) del castillo de Albalat. Será en ese año, y no por casualidad, cuando el territorio  de la futura Ciudad Rodrigo se incorpore efectivamente al alfoz de Salamanca.

¿Cómo se produjo la incorporación de esa aldea cuya primera repoblación (sin prueba documental) dataría del año 1100 a cargo del conde Rodrigo González Girón al alfoz salmantino?

Según Mateo Hernández Vegas “es importante el reinado de Alfonso VI, pues según los cronistas, en él fue de nuevo reedificada y repoblada nuestra ciudad en el año 1100, de la era cristiana, por el conde Don Rodrigo González Girón, que le dio su nombre.  Fue atacada la población por un ejército árabe  mandado por el rey de Badajoz (Abukaram) y los habitantes se vieron precisados a abandonarla. Con este motivo acudió a defenderla el Concejo de Salamanca, con su obispo Berengario, por lo cual el rey Alfonso VI les hizo donación de ella y de ocho lugares más”.

Miniatura del siglo XII  que representa al rey Alfonso VI.

Se encuentra en la Catedral de Santiago de Compostela

(www.es.wikipedia.org)

Fernando Araujo, en “La Reina del Tormes”, sostiene que las huestes salamantinas, a las órdenes de Ponce de León, “adquirieron alto renombre en el empeño cerco de Coria, lograron fama en la toma de Albalat, conquistaron la comarca de Ciudad Rodrigo, dieron pobladores a Castronuño…”

Villar y Macías defiende que fue una conquista. “La comarca de  Ciudad Rodrigo había sido conquistada por ellos (se refiere a los ciudadanos de Salamanca) y el obispo Don Berengario y sus clérigos”

Parece ampuloso pensar en una conquista pura y dura pues estos territorios no parece probable que se encontraran bajo el dominio musulmán, dado que la frontera andalusí había quedado fijada en la zona del Sistema Central (el castillo de Albalat y Coria constituían los puestos más avanzados de la frontera musulmana al norte del Tajo). Aunque existieran poblaciones árabes, bereberes o mozárabes, no estaban integradas políticamente en la sociedad andalusí ni estaban dotadas de una organización política y militar.

Sí puede ser plausible que se produjera una lenta penetración de gentes del concejo de Salamanca en estos territorios, aunque pudiera haber una cierta oposición de la población ya asentada en la zona.

Lo cierto es que en el año 1161, cuando se produjo la repoblación oficial llevada a cabo por el rey Fernando II, el territorio estaba plenamente integrado en el alfoz salmantino y al desgajarse de este provocó una reacción violenta del concejo de Salamanca y un enfrentamiento con el mismo rey para reivindicar sus derechos sobre la ciudad reciente instaurada.

Miniatura que representa al rey Fernando II de León

(www.es.wikipedia.org)

La repoblación de Ciudad Rodrigo parece que se trata de una operación estratégica pues, debido a su posición en la confluencia de dos calzadas cuyas funciones se han revitalizado, se erige como el principal baluarte frente a Portugal y, junto con Coria, un eslabón en la estructura defensiva frente a futuras agresiones almohades.

Desde ese momento también se produjeron vínculos con el concejo de Ledesma (al que se le había asignado un alfoz que integraba todo el oeste de Salamanca y el norte de Ciudad Rodrigo) que facilitaron la unidad política en la que habría un tenente regio, con dignidad de alférez real; este cargo fue concedió por el monarca Fernando II a su mayordomo, el conde Ponce de Cabrera.

De todas las maneras ello no implicó igualdad entre los concejos de Ledesma y Ciudad Rodrigo. Este, por su posición fronteriza y con un emplazamiento privilegiado en el cruce de dos vías de comunicación importantes, fue elevado a la categoría de ciudad episcopal.

¿Qué supuso esto? El mismo año de la repoblación (1161), junto con la concesión del fuero, el monarca expidió un privilegio por el que somete a la sede arzobispal de Santiago de Compostela a la nueva sede episcopal de Ciudad Rodrigo, con todas las iglesias de la ciudad y su término; los clérigos de estas iglesias quedaban sometidos al obispo y exentos de la jurisdicción real; y, finalmente,  se le concedió al futuro obispo de la ciudad  los mismos derechos sobre la misma que había concedido Raimundo de Borgoña al obispo Jerónimo sobre Salamanca. Todavía tuvieron que pasar algunos años para que se asentara la sede episcopal por las dificultades con el obispo de Salamanca. Será en el año 1175 cuando el papa Alejandro III confirmara la separación de ambos obispados y la elección y consagración del obispo electo Pedro por parte del arzobispado de Santiago.

Monumento ubicado junto a una de las puertas de la muralla de Ciudad Rodrigo, que representa al rey Fernando II, repoblador de la ciudad y a otros personajes (caballeros, clérigos y campesinos)

(www.ast.wikip.org)

Mateo Hernández Vegas señala que “para poblarla el monarca trajo gentes de León, Zamora, Ávila y Segovia, repartiéndoles tierras y concediéndoles exenciones y privilegios; para fortificarla, se apresuró a cercarla de murallas con fuertes torres; y, en fin, para ennoblecerla, además de traer gran número de caballeros y gente noble, decidió restituirle su sede episcopal, trasladando a ella la sede de la ciudad de Calabria…La silla de Calabria cesó con la muerte de San Zenón, en el año 717. ¿Cómo puede trasladarse una sede que no existía hacía más de 400 años…? Pero el hecho de la traslación es innegable, tanto que, para que se entendiera que no se trataba de una sede nueva, sino una continuación de la otra, dispuso Fernando II que los obispos de Ciudad Rodrigo se titulasen calabrienses.”

Pero ello no supuso una ruptura total con Salamanca. De hecho el fuero de Ciudad Rodrigo, como el de Ledesma, pertenecen a la familia del de Salamanca y su organización interna lo reproducía con bastante fidelidad. Por otro lado la repoblación real parece que incentivó el movimiento migratorio desde Salamanca y su alfoz junto con otros provenientes del norte y contribuyó a aumentar los efectivos demográficos originarios de la región que debían ser escasos, por los datos conocidos.

¿Los acontecimientos discurrieron con relativa sencillez y armonía? Todo apunta a que no fue así. Esta repoblación debió tener para el concejo de Salamanca efectos negativos: se le privó de amplias extensiones territoriales y de efectivos demográficos; se le arrebató el control que (desde 1136) ejercía sobre la vía de penetración en la Sierra, debilitando las posibilidades expansivas tanto económicas como políticas; y por si fuera poco, la instauración de la nueva sede episcopal en Ciudad Rodrigo, rompió los vínculos de supeditación del territorio a la sede y el concejo de Salamanca.

Es por ello que la reacción del concejo salmantino fue radical e inmediata y, contando con la ayuda de los caballeros de Ávila, se levantó en armas contra el rey. El choque entre ambas fuerzas se produjo en La Valmuza. Según narra Lucas de Tuy, los salmantinos (aprovechando la fuerza del viento) incendiaron el monte con objeto de sembrar el desconcierto en el ejército real y atacar en condiciones favorables. Pero en el inicio de la batalla cambió la dirección del viento y el desconcierto pasó al bando contrario y el ejército de Fernando II derrotó a las huestes del concejo de Salamanca.

Restos del puente romano de La Valmuza,

ubicado entre la autovía y la N-620

(www.es.wikipedia.org)

Fernando Araujo lo describe así: “ensoberbecidos con sus repetidos triunfos y no viendo con buenos ojos la fundación de Ciudad Rodrigo, rescatada de la morisma a costa de su sangre, que consideraban como futura rival llamada a minorar su importancia y la extensión de su territorio, llevaron la irritación que tal hecho les causara al extremo de apelar a las armas (él habla de 1170) y reunidos en Nuestra Señora de la Vega, juraron oponerse a lo que miraban como entuerto o desaguisado, declarándose en abierta rebelión contra su rey D. Fernando II, …, los revoltosos, capitaneados por un tal Nuño Serrano y auxiliados por los de Ávila, no vacilaron en dar batalla a las tropas reales en los campos de la Valmuza, donde hallaron el castigo de su temerario arrojo, no sin que en el éxito del combate tuvieran gran parte los elementos que, burlando la astucia de los sublevados, tornaron contra ellos, por súbito cambio de viento, el humo del cercano monte que estos habían incendiado con el intento de perjudicar las operaciones de las huestes reales”.

Esta victoria parece que no resolvió por completo el contencioso; eran tiempos convulsos.

El rey de Portugal “veía con receloso despecho crecer Ciudad Rodrigo, en moradores y fortaleza, asentada a la misma entrada de sus dominios” (Villar y Macías);  ocupó Salamanca sin excesiva resistencia, pero en el año 1165 se firma la paz entre los monarcas portugués y leonés y no existen, a partir de entonces, noticias de enfrentamientos del concejo salmantino contra el rey de León.

Para la realización del presente artículo se han utilizado los siguientes documentos:

– ARAUJO. F “La reina del Tormes. Guía histórico-descriptiva de la ciudad de Salamanca”.. Caja     de Ahorros y Monte de Piedad de Salamanca. Salamanca, 1984

– BONILLA HERNÁNDEZ, J.A.; HERNÁNDEZ DÍAZ, J.M. y MARTÍN MARTÍN, J.L. “Historia de Salamanca”.  Ediciones GRUPOSA. Salamanca, 1996

– HERNÁNDEZ VEGAS, M.: “Ciudad Rodrigo. La catedral y la ciudad. Tomo I”. Excmo. Cabildo de la Catedral de Ciudad Rodrigo. 1982

– MÍNGUEZ, J.M.  “La repoblación de los territorios salmantinos. Las repoblaciones del siglo XII”. Correspondiente al capítulo I de HISTORIA DE SALAMANCA II  (coordinador J.M. Mínguez, director  J.L. Martín),  Centro de Estudios Salmantinos. 1997

– VILLAR Y MACÍAS, M.  Desde la repoblación a la fundación de la universidad. Historia de Salamanca. Libro II”. Salamanca, 1887

 

 

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