Como cada semana, aunque esta vez se ha retrasado un poquito, hemos podido contar con la presencia y el testimonio de una persona que hace algo por y para el municipio de Villamayor. El invitado de esta semana quizá, es una de las personalidades más importantes con las que podremos contar, sin desmerecer a ninguno de los demás. Y digo importante, pues él es la cabeza visible del lugar y contexto en el que conviven, aprenden, y en definitiva, se forman las futuras generaciones de nuestro pueblo. Estoy hablando de Ladislao Castro, Director del IESO «Tomás Bretón» de Villamayor.
Esta vez, sin que sirva de precedente, la frase con la que suelo comenzar mi sección fue aportada, por casualidad, por el entrevistado de esta semana. Decía José Antonio Marina, un filósofo, escritor y pedagogo español: «Para educar a un niño, se necesita toda la tribu entera». Si bien, esta ha sido la frase con la que Ladislao Castro ha querido concluir su entrevista, yo he querido comenzar con ella porque es una alegoría a la esencia de esta charla que una vez más, el Bar Mistyca presenció.
Salmantino, y profesor de vocación. Ha dedicado toda su vida profesional a la educación en muchos de sus ámbitos. El destino le llevó hasta el instituto Tomás Bretón de Villamayor, el mismo curso en el que se inauguró hace ya casi 10 años. Desde entonces no ha parado de dirigir, coordinar y gestionar el centro e intentar aunar esfuerzos para sacar el máximo rendimiento posible.
Como director del instituto, ¿cuáles son sus funciones dentro del mismo?
Las funciones de un director de un instituto son variadas, y diferentes, además, a las funciones que puede tener un director en un colegio, porque son niveles de autonomía diferentes. El nivel de autonomía que puede tener un instituto hace que el director tenga que hacer, por un lado, de jefe del personal del centro, y además, tiene que asegurar no solo el funcionamiento de todas las instalaciones, sino además, tiene que asegurar toda la coordinación docente y el cumplimiento de toda la normativa en cuanto se refiere a aprendizaje, evaluación, etc…Por tanto, recoge diferentes ámbitos: el ámbito de la gestión, el ámbito de las instalaciones y el ámbito de la coordinación docente; además de intentar liderar cualquier proyecto que tenga que ver con todos estos ámbitos.
¿Cuáles cree que son las cualidades que debe tener un buen director de un centro educativo?
Eso es complicado. Es complicado porque además, según la época en la que a veces uno tiene que desenvolverse, las cualidades tienen que variar. Por ejemplo, en este momento, hay competencias que incluso la ley le da a un director, que quizá dentro de lo que es el ámbito de las cualidades de un director, lo mismo el director no podría tener. ¿Cualidades que debe tener? Por un lado, debe tener una competencia científica clara. Quiero decir, tiene que tener conocimiento de todo lo que es la normativa y el sistema educativo, puesto que de lo contrario va a estar perdido; por otro lado, tiene que tener una cualidad de liderazgo, si no consigue aunar al centro en torno a los proyectos es muy difícil que un centro funcione; además, tiene que tener una cualidad relacionada con la capacidad de mejora, un director no puede conformarse con objetivos conseguidos; tiene que tener una cierta capacidad de persuasión para convencer de los proyectos que se quieren hacer; y hay una cualidad que a veces no se cita, yo creo, que es una de las cualidades que puede tener un director que es la de ser, si es posible, un buen negociador-conseguidor, porque los directores tienen que tener mucho de conseguidores: tienen que conseguir recursos, tienen que conseguir voluntades, tienen que conseguir aunar criterios… Esas creo yo que son las cualidades principales.
¿Cuánto tiempo lleva a cargo de la dirección del centro? ¿le gustaría que tuviera continuidad?
Yo, en este instituto, llevo desde que se puso en funcionamiento, cuando me encargó la Dirección Provincial de Educación que lo pusiera en marcha, hace 9 años y medio, casi 10. Como sabrás, los mandatos son cada cuatro años; entonces, yo he tenido dos mandatos y el año pasado, quizá se me convenció para que me presentara a un nuevo mandato con la nueva ley educativa, porque era obligatorio. No es una renovación automática sino que tienes que hacer y presentar un proyecto, hacer un curso de méritos y pasar por una comisión de evaluación. En principio, ese es el objetivo. No soy una persona que crea en títulos largos. Yo creo, además, desde el punto de vista profesional, y desde el punto de vista del propio centro, a veces conviene cambiar las dinámicas de funcionamiento; por tanto, no tengo objetivos. Pero desde mi forma de pensar y mi vida profesional, estuve 9 años de maestro, hice la oposición a profesor de secundaria, he estado de director en un servicio educativo de la Consejería de Educación… Quiero decir, a mí me ha gustado pasar por diferentes ámbitos porque creo que eso enriquece mucho, y además evita que te estanques.
¿Cuáles considera que son las ventajas e inconvenientes de dirigir un centro educativo?
Hace tiempo un compañero me comentaba que la gran ventaja y el gran inconveniente de ser director es que eres, en realidad, un fusible. Eres un fusible y eso siempre es más inconveniente que ventaja porque estás siempre en un punto intermedio entre la tensión, que viene: por parte de la administración educativa, por parte de los padres, por parte de los profesores, y por parte de los alumnos. Estás en un cruce de caminos, y ese cruce de caminos siempre tiene su atractivo en cuanto eres capaz de poder conciliar voluntades y sectores; pero también tiene su riesgo. Un fusible lo dice: si estalla la tensión, estalla la tensión para ese punto. Creo que es una buena metáfora de cómo se puede interpretar las ventajas e inconvenientes. ¿Ventajas? Que eres capaz de contribuir a que aquello en lo que vocacionalmente estás haciendo, funcione en una dirección, y que en lugar de que repercuta simplemente en un aula, pueda repercutir en un centro. ¿Inconvenientes? Que exige una mayor dedicación. No es algo que consigas o soluciones en el horario normal, son cuestiones que te llevas en la mochila cada día, y exige más tiempo.
Enamorado de su profesión, Ladislao asegura que lo que más le gusta es poder ver que sus alumnos alcanzan las metas que se proponen, conocer a profesionales del ámbito educativo que le permiten crecer como persona y profesional, así como la satisfacción que da el poder trabajar con personas y su formación, tan importante para su futuro.
Supongo que llevar la dirección supone una gran responsabilidad, trabajo y constancia, y además, ocupa mucho tiempo; a pesar de todo esto, ¿qué es lo más satisfactorio de su profesión?
Hay varias cuestiones. El primero es la satisfacción de los logros de los alumnos. En este caso, concretamente, con determinados programas que se han llevado a cabo en el centro, los alumnos cuando después acceden a Bachillerato y vuelven por aquí y te cuentan, te das cuenta que los alumnos están progresando muy bien, están rindiendo muy bien, llevan muy buenos niveles competenciales en muchos de los aspectos, y eso sí es una satisfacción. Hay alumnos que se han podido, incluso embarcar en proyectos a nivel internacional, y eso creo que ha venido de la curiosidad que ya llevaban de aquí de determinados proyectos de intercambios internacionales que habían hecho; entonces, la satisfacción con los alumnos es buena. Después, tienes la suerte de coincidir con ciertos profesionales y compañeros que te enriquecen. No es simplemente estar en una aula, sino que te enriquece trabajar con ellos. Desde ese punto de vista también hay una satisfacción importante. Y sobre todo, lo que te decía antes, yo soy muy alergico y no me gusta cuando se asocia el trabajo del profesor al funcionario por horas. Yo creo que el trabajo educativo es un trabajo que va más allá de un puro trabajo administrativo. Es un trabajo mucho más comprometido, y es por eso que la satisfacción en el nivel de las personas creo que es de los logros más importantes y de lo que más te satisface.
Dentro de su labor docente, ¿cuál es el mejor recuerdo que tiene, o algo que le gustaría destacar de forma positiva?
Yo siempre he comentado que yo no sería director si no fuera profesor. Uno de los alicientes que uno tiene es que se puede plantear hacer otras cosas. A mi me gusta ser profesor. Una de las cuestiones que me satisface mucho es el contacto con los alumnos entre estas edades, entre los 12 y 17 años; me parece atractivo porque es cuando la persona se está formando. ¿Recuerdos? Yo llevo trabajando algo más de 30 años, y para mí, de los mejores recuerdos desde el punto de vista de la docencia es encontrarme después con los alumnos y te cuenten los logros que pueden haber tenido. También me produce mucha satisfacción los objetivos que consigues cada año, cuando te has planteado un determinado objetivo y que los chicos sean capaces de reconocer a través de los textos algún personaje… esos son los pequeños logros. Los otros son aquellos que no hay ni un solo alumno que haya tenido, que no me pare por la calle y me cuente. El contacto humano me parece que está por encima de lo que puedes haber llegado.
¿Y el peor?
Como profesor si tengo algo, que además es recurrente. Es encontrarte con algunos alumnos que a esta edad, no tienen estímulo o motivación por el estudio. Entonces, tratas a través de entrevistas hablar con ellos, hablar con los padres… hacerles reaccionar en el sentido de saber que si ellos deciden cortar con su trayectoria en sus estudios, puede que al cabo de 4 o 5 años, renuncien. El conjunto de recuerdos negativos es la de aquellos alumnos que pueden haber abandonado y que ya no se ha podido convencer de que pudiera seguir adelante.
Cabeza visible del «Tomás Bretón», Ladislao está satisfecho con el crecimiento que ha vivido el centro desde su inauguración. Albergando los cuatro cursos de la Educación Secundaria, el instituto cuenta con todas las instalaciones necesarias, así como 34 profesores preparados para ofrecer una educación de calidad. Implicado anualmente en proyectos europeos y de innovación, el centro consiguió el título de «Centro Piloto» en el uso de las TIC, tan necesarias en la educación del alumnado.
¿Cuál es la oferta educativa del Instituto Tomás Bretón?
El Instituto Tomás Bretón ofrece la Educación Secundaria Obligatoria; es decir, la Educación Secundaria desde 1ºESO hasta 4º ESO. No dispone de Bachillerato porque no se concibió así, por eso se llama IESO, en lugar de IES. Se concibió que para el Bachillerato los alumnos pasaran a Salamanca. Es una petición que hacen las familias, los profesores, el claustro para poder incorporar el Bachillerato, pero incluso habría necesidad de ampliarse para poder hacerlo. Eso es lo que ofrece. La particularidad que hay de 1º a 4º, es que además tiene sección bilingüe. La sección bilingüe es una oferta en la que se ofrece una serie de horas complementarias en inglés y dos materias en cada uno de los cursos se imparten en inglés. Esa es la oferta que se inició en el año 2010-2011, como una experimentación que quiso hacer el centro, y la verdad que el resultado ha sido positivo.
Háblenos sobre el personal del centro: organización, profesores y personal de administración y servicios.
La organización de este instituto dispone: por un lado, del personal docente; y por otro lado, el personal laboral. En cuanto al personal laboral, hay dos ordenanzas, una administrativa y una empresa de limpieza que cuenta con tres personas que se dedican a la limpieza del centro. En cuanto a personal docente, hay 34 profesores en el centro que se ocupan de 281 alumnos que en este momento hay en el centro. Hay que pensar que la estructura que ahora mismo tiene el centro ha cambiado radicalmente con respecto hace 9 años. Este centro empezó con 134 y ahora mismo tiene 280. Se ha más que duplicado, y la previsión es que crezca. Empezó con 15 profesores y estamos en 34. Es decir, en comparación con algunos centros nuevos de la comunidad, la proyección de crecimiento que ha tenido este centro ha sido muy fuerte. En principio se creó para escolarizar a todo el alumnado de Villamayor pero solo estudiaban 1ºy 2º ESO en el colegio, el 56% del alumnado. El objetivo era saber si este centro podría cubrir esa laguna, y si finalmente las familias optarían por escolarizar a sus hijos aquí. La oferta parece que ha cuajado porque ahora mismo ya no es el 56% lo que se escolariza aquí, sino que está por encima del 95%, incluso hay personas de otros municipios que vienen a este instituto. En ese sentido el resultado ha sido muy bueno.
¿Con qué instalaciones y recursos cuenta el centro?
El instituto originariamente tenía un edificio de dos plantas, con aulas de materia, aulas de grupo. Las aulas de materia son aulas específicas del tipo tecnología, informática, plástica, música… Cuenta con un espacio para la biblioteca, cuenta con un polideportivo. El crecimiento del centro hizo que en el año 2011 tuvieran que ampliarse con un nuevo edificio que es un aulario con otras cuatro aulas y algunos despachos de aulas de apoyo. Contamos con esas instalaciones. El centro, el primer año de funcionamiento fue nombrado por la Consejería de Educación, «Centro Piloto» de la implantación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación. Esto ha favorecido que en todas las aulas ya, desde hace años, estén dotadas tecnológicamente con pizarra digital y ordenador. Además, la realización del centro como representante de Castilla y León en dos proyectos europeos. Participó en un proyecto para experimentar cuatro días en el aula digital del futuro, entonces ahí participamos con otros 17 centros de toda España, junto con varios países europeos y eso permitió que el centro se dotara tecnológicamente con nuevas tecnologías, y al año siguiente se probó no solo con tecnologías tipo netbook sino con las propias tabletas. Eso permite que el centro, tecnológicamente, ahora mismo esté catalogado como nivel 5, que es el nivel máximo de categorización de todos los centros.
¿Cuáles son los proyectos en los que ha trabajado o se encuentra trabajando el centro?
Cada año el instituto desde sus comienzo, ha participado anualmente en un proyecto o experiencia de calidad. Esas experiencias de calidad han sido muy variadas. Han ido desde el papel del alumno, trabajar la responsabilidad del alumno hasta cuestiones de carácter tecnológico o el trabajo por proyectos. Trabajar por proyectos es una metodología novedosa que ahora mismo la nueva ley educativa impone como normativa. El trabajo por proyectos en este centro lleva ya varios años. Por esa experiencia de calidad, el centro recibió siete premios en años anteriores. El año pasado le dieron al centro el Premio a la Mejor Trayectoria en Calidad de Castilla y León. Eso en cuanto a proyectos que se han hecho. También se han llevado a cabo proyectos de investigación y experimentación en cuanto al uso de las tecnologías de internet, se han hecho proyectos de innovación sobre la danza como elemento socializador, que también recibió un premio de Castilla y León; se ha hecho un proyecto de innovación sobre la ciencia en la que se integraron todos los centros, y era un museo interactivo. En los últimos años, nos hemos centrado en lo que es configurar un catálogo de servicios, puesto que empezó una nueva ley educativa, consideramos que era importante. La nueva ley educativa establece que debe haber un compromiso entre las familias y lo que ofrece el centro, queríamos definir exactamente qué es lo que queríamos proponer a las familias y qué pedíamos que se comprometieran ellos, y hemos definido durante este curso el catálogo de servicios.
Su centro seguramente tenga alumnado con necesidades educativas especiales. ¿Cuáles son los recursos y apoyos con los que cuentan estos alumnos?
Para la atención a la diversidad, en el caso de los alumnos con necesidades educativas específicas hay un Departamento de Orientación. Ese departamento es el que establece un informe psicopedagógico, establece un diagnóstico, y además las necesidades de personal o de apoyo. Fundamentalmente este tipo de alumnado tiene dos tipos de necesidades: o bien simplemente de una adaptación metodológica, esa adaptación metodológica se lleva en el aula y cada profesor de cada materia lo tiene en cuenta para que metodológicamente sepa si tiene que adaptar las pruebas de examen, u otro tipo de actuación: el lugar donde le coloca en el aula, la forma de poner los enunciados en las actividades… Eso es una adaptación metodológica. Hay otros chicos que pueden tener otro diagnóstico, y por lo tanto, otras dificultades más serias o de otro tipo. En ese caso, el departamento puede elaborar un informe sobre un apoyo concreto a determinadas horas a lo largo de la semana, y en ese caso esos alumnos salen del aula y tienen un apoyo concreto con personal. En algunos casos, también se hace el apoyo dentro del propio aula. Además, también hay algunos chicos que tienen necesidades de carácter psicomotriz y en ese caso, hay una fisioterapeuta que dos días a la semana, acude al centro para el tratamiento específico.
Como profesional de la educación, Ladislao aportó su opinión sobre algunos de los temas que mayor controversia tienen en la actualidad en torno a este tema. Además de asegurar que la falta de motivación y esfuerzo es el principal detonante del fracaso escolar, aboga por la necesidad de hacer obligatoria la formación del profesorado, así como cambiar las dinámicas en torno a la educación. Cree necesario abolir la llamada clase magistral, para dar paso a nuevas metodologías que serán más provechosas para el futuro de los alumnos.
¿Cómo son los jóvenes de Villamayor?
Los jóvenes de Villamayor son como casi todos los jóvenes de estas edades de cualquier sitio. Quizá movidos en un parámetro de diversidad más cerrado, ¿qué tienen en común?. En estas edades, entre los 12 y 16 años: primero, que el grupo les pesa más que la propia familia; segundo, que están buscando modelos continuamente; tercero, que los medios de comunicación les imponen las modas de una manera absolutamente brutal; cuarto, que en determinados momentos están siendo demasiado dependientes de las redes sociales, que es su principal foco de conflictos que pueden tener entre ellos y sus amigos. Eso es, además del quinto, que están en esa época de crecimiento mental y hormonal, y todo ello hace que sea una época compleja.
Como docente, ¿cuál cree que es la principal causa del fracaso escolar entre los jóvenes?
Fundamentalmente, yo diría que es la motivación y el esfuerzo. Por un lado, no tienen la motivación suficiente porque quizás, a su alrededor lo han tenido demasiado fácil: han tenido que luchar poco, o quizá lo tienen muy fácil porque la familia les proporciona prácticamente todo, y la idea de querer alcanzar determinadas metas no se la han planteado todavía. En segundo lugar, el esfuerzo viene relacionado con lo anterior. Generalmente son generaciones que han tenido muy fácil el conseguir generalmente todo, y entonces no asocian que el estudio es una forma de asegurarse que puedan seguir disponiendo de todo lo que necesitan en un futuro. No se imaginan que en el futuro ni papá y mamá estarán para darle todos los caprichos y necesidades. El principal origen yo creo que está en eso, además de los falsos estímulos externos que pueden tener. La sociedad no siempre refleja que los que más se esfuerzan y los que más motivados están, son los que triunfan.
Ha trabajado en formación del profesorado, ¿cómo ve actualmente esta formación?
Yo trabajé en formación del profesorado, en el Centro de Formación del Profesorado de Béjar. Tuve una suerte tremenda porque conocí a la gente que la llevaba en toda Castilla y León, y pude participar en la coordinación de ese plan, y creo que se ha modificado en la última década. Ahora mismo la formación del profesorado está planteada como si fuera una formación voluntaria. Yo creo que la formación no tiene que ser voluntaria, tiene que ser obligatoria. Entre otras cosas, porque siempre ocurre que quien se forma, es precisamente el que más prospera, o el que está más preparado. Lo preocupante es aquellos que no tienen ni hacen esfuerzo por formarse. Por eso, creo que la formación del profesorado debería ser obligatoria y no voluntaria. ¿En qué dirección debería ir? Hay que romper moldes. La formación del profesorado tiene que ir en una dirección en la que determinados países ya han tomado ciertas iniciativas. Una de ellas es que el profesor no es un pontificador, es simplemente un guía, y estamos acostumbrados a un exceso de case magistral y eso no tiene ahora mismo mucho sentido. Dos, tiene que aprender modelos y metodologías nuevas: el trabajo por proyectos es uno de los casos que mejores resultados están teniendo, y es que además la vida de todos los alumnos va a responder a trabajar por proyectos. En esa dirección debe ir la formación del profesorado, al margen de otras que no se pueden evitar como la competencia digital. Además, hay otro aspecto que es la evaluación. Si se trabaja con nuevas metodologías, también se debe cambiar la evaluación. Hay que evaluar esos proyectos que se hacen y hay que ir dejando poco a poco el examen con el «sancta, sanctorum» de la evaluación, porque no se corresponde a lo que en la realidad van a tener que hacer los alumnos. Sí creo que debe haber una potenciación y un cambio en el sistema.
Por último, algo que le gustaría añadir y no le he preguntado.
Sí, yo siempre hay una frase que la utilizo mucho en diversas cuestiones, y está puesta allí en el centro además, que es una frase de José Antonio Marina que dice que «para educar a un niño se necesita toda una tribu». ¿Cuándo la utilizo? sobre todo cuando hablo con las familias, porque generalmente el problema está en la familia, profesores y centro tienen que ir acompasados en la educación. Si la familia va en una dirección completamente diferente al centro, o el centro va en una dirección diferente a la familia, el resultado va a ser un despropósito, así que yo siempre comento eso. Si no se va en una misma dirección, los primeros perjudicados serán los alumnos.
Para finalizar esta charla, Ladislao Castro quiso hacer una breve reflexión-conclusión que define a la perfección el modelo de educación que él mismo defiende, y del que todos deberíamos coger como ejemplo para sacar el máximo partido de nuestros hijos, hermanos, sobrinos, primos… en definitiva, todos esos jóvenes que, se encuentran en plena formación, y del que no cabe duda que todos: administración, familia, profesores, centros buscamos un único objetivo. Su bienestar.
Con esa cita final, una buena charla, y dos bebidas terminé un día más una entrevista en la que pude conocer a un profesional de la educación de los pies a la cabeza. Gracias Ladislao Castro por hacer posible que el instituto de Villamayor sea un centro de referencia en el que poder formar a los jóvenes que un día serán el futuro de nuestro municipio.