En otoño, setas….. ¡y planes de pensiones!

No falla. Cuando el otoño avanza, las entidades financieras echan el resto con los planes de pensiones. Constituye ya una tradición…..  ante la que conviene hacerse una serie de preguntas.


El otoño avanza. Los árboles se tiñen de colores rojizos y marrones, las setas proliferan en los montes… y los escaparates de los bancos se llenan de campañas de publicidad sobre planes de pensiones. No falla. Estas promociones forman parte del paisaje otoñal, porque cada año, por estas fechas, siempre se repite la misma historia. Se multiplican los anuncios que aconsejan invertir en estos productos y junto a ellos, como refuerzo, emerge un buen puñado de informes en los que se advierte del retraso con el que España camina por este terreno y de la necesidad de tomarse en serio el ahorro para la jubilación porque las pensiones públicas bajarán en el futuro por la presión demográfica.

Muchas personas conocen, en mayor o menor medida, la delicada situación por la que pasa el sistema de pensiones públicas.

Una minoría, consciente de ello, se prepara para afrontar el futuro; sin embargo, aún son muchos los que no hacen nada, pues piensan que el Estado podrá solucionar los problemas de los que adolece el sistema.

Si es ahora, en la recta final del año, cuando aparecen estas campañas se debe a dos motivos: primero, que los hogares todavía no tienen el hábito de ahorrar periódicamente para la jubilación y concentran sus aportaciones cuando ven que les va a quedar dinero a final del ejercicio y a la espera de la paga extra de diciembre; y segundo, que es ahora cuando las familias también echan cuentas para pagar menos a Hacienda, y como los planes de pensiones desgravan, las entidades también los ofrecen ahora con este fin.

Más allá de los efectos de la crisis y de las dificultades que ha provocado para que los hogares puedan ahorrar, lo cierto es que los españoles siempre hemos sido poco propensos al ahorro privado para la jubilación porque hemos considerado que con la pensión pública bastaba. El problema es que la demografía cada vez presiona más sobre las pensiones públicas. Dos datos, entre otros muchos, evidencian esta creciente presión. El primero refleja el crecimiento de la tasa de dependencia, mayor número de personas de menos de 16 años y más de 64 años por cada 100 que se encuentran dentro de esa franja de edad y el segundo, la disminución del número de afiliados a la Seguridad Social por cada pensionista. Si esta tendencia no se invierte, el sistema parece insostenible.

Ante este panorama, la pregunta surge de forma obvia ¿habrá fondos suficientes para pagar las pensiones cuando nos jubilemos? y las perspectivas, después de la crisis económica que estamos atravesando, no nos hace ser muy optimistas: aún en el supuesto de que haya dinero para hacer frente a las pensiones, además de que la cuantía de las mismas no esté asegurada, no sabemos si el importe de éstas será suficiente para mantener un estilo y nivel de vida mínimamente digno.

Entonces, ¿hay que suscribir ya un plan de pensiones? No necesariamente. Una cosa es que sea preciso concienciarse de la necesidad de tener que ahorrar para complementar la pensión pública y otra muy distinta que un plan de pensiones sea lo que necesita un cliente. Son una alternativa más entre las varias que los ahorradores tienen a su disposición, sin olvidar que con disciplina y método un inversor puede planificar su sistema de ahorro para la jubilación.

Como resumen, podemos decir que la solución radica en fomentar el ahorro privado y si la decisión que tomamos es mediante un plan de pensiones, todas las voces aconsejan comenzar lo antes posible, para que llegado el momento de la jubilación, nos permita complementar la pensión pública y que podamos mantener cierto nivel de vida durante la misma.

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