EL MIX ENERGÉTICO O LA CESTA DE LA ENERGÍA

La energía es un elemento esencial tanto para las empresas como para los hogares, por lo que el tener una energía fiable y barata constituye un principio fundamental para la Comunidad.

Vivimos una época turbulenta y complicada, pero tenemos una oportunidad para lograr que los sistemas energéticos evolucionen hacia otros más duraderos. Esta evolución requiere de un debate sereno. Las numerosas incertidumbres a las que nos enfrentamos exigen una visión de largo plazo y un consenso que esté por encima de intereses políticos.

La contribución de la energía nuclear

En el caso de las centrales nucleares, las pretensiones de cierre acelerado perjudicarían la competitividad y la garantía de suministro, e incrementarían las emisiones de CO2. Las plantas nucleares contribuyen a mitigar el cambio climático al estar libres de emisiones de efecto invernadero. El posible cierre entre 2022 y 2027 de las que están en funcionamiento supondría importantes emisiones adicionales, pues se trata de producción de base que sería sustituida por centrales térmicas (no hay otra alternativa realista para esas fechas).

La energía nuclear fue en 2015 líder en producción eléctrica en España aportando una quinta parte de la electricidad consumida. Es la fuente de energía que más horas funciona al año. Con un consumo eléctrico al alza en nuestro país, es necesario contar con todas las fuentes de producción eléctrica de las que disponemos. La nuclear es la que más colabora al medio ambiente y a frenar el cambio climático. Supuso el 36,40%  de la electricidad libre de emisiones contaminantes en España en 2015.

Supervisión y control

El sector nuclear está sometido a controles estrictos y a un constante proceso de renovación. Estas mejoras se realizan en las centrales durante las paradas para recarga de combustible, en las que se contrata más de 1.000 trabajadores adicionales a la plantilla habitual. En España el periodo de funcionamiento de las centrales no tiene un plazo fijo establecido. Su “vida útil” se renueva periódicamente tras la evaluación del organismo regulador que es el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y la aprobación del Ministerio de Industria y Energía.

La central de Santa María de Garoña (Burgos), parada desde diciembre de 2011, está pendiente del informe técnico del CSN para renovar su licencia hasta 2031, cuando cumpla 60 años. El CSN no abre ni cierra centrales, es el Ministerio quien lo hace. Por lo tanto, retrasar la respuesta del CSN sería entrar en el debate político fuera de la independencia del regulador.

En Salamanca, la fábrica de combustible de uranio de Juzbado, perteneciente a la empresa pública estatal Enusa Industrias Avanzadas S.A., fabricó 854 elementos combustibles en 2015, de los que el 62% se exportó a centrales de Francia, Bélgica y Suecia.

Los residuos nucleares

La gestión de los residuos nucleares representa la parte más espinosa. La comunidad científica está investigando mejores soluciones para la gestión responsable y segura del combustible gastado y residuos radiactivos. La mayoría de los residuos generados en España son de baja y media actividad y su gestión está resuelta con el almacén centralizado de El Cabril (Córdoba), propiedad de la empresa pública estatal ENRESA.

Para los residuos de alta actividad el Gobierno autorizó el Almacén Temporal Centralizado (ATC) en Villar de Cañas (Cuenca), donde irá el combustible gastado que está en las piscinas de las centrales nucleares, o en su Almacén Temporal Individualizado (ATI). El proyecto del almacén de Cuenca es prácticamente igual al que funciona en Holanda desde 2003. Para su construcción es necesario el dictamen favorable del CSN, que se retrasa debido a las presiones de algunos sectores de la sociedad (organizaciones ecologistas, partidos políticos, sindicatos, asociaciones, etc.). Esta oposición contrasta con la pasividad a la hora de abordar el problema de los vertederos ilegales de la región.

En lo que el almacén de Cuenca no esté operativo, es necesario ampliar o construir ATIs en las centrales para el combustible gastado, cuyo coste triplica al del almacén de Cuenca. Además, España tendrá que seguir pagando a Francia 60.000 euros diarios por el combustible de la central nuclear de Vandellós que el país vecino custodia tras el incendio que sufrió a finales de los 80, lo que obligó al cierre y desmantelamiento de la planta.

La moratoria nuclear

En 1984 el Gobierno de Felipe González decidió la moratoria nuclear, que desembocó en la paralización de las obras de varias centrales nucleares y el reconocimiento de multimillonarias indemnizaciones a sus propietarios, las eléctricas (Iberdrola, Endesa, Unión Fenosa,…). El año pasado los usuarios terminamos de pagar a través de los recibos de la luz esas indemnizaciones, que han supuesto 5.717 millones de euros en casi tres décadas.

La factura de la luz

Otros costes que pagamos en la factura de la luz y que nada tienen que ver con la electricidad que consumimos son las primas a las renovables y los pagos a la interrumpibilidad (*), que junto con los impuestos suman la mitad del recibo. La factura eléctrica se ha encarecido casi un 9% respecto a hace un año por el aumento de la demanda y la escasez de viento y agua.

Debemos pactar qué modelo energético queremos dejar a las generaciones futuras, en un momento político como el que se vive en España, en el que más que nunca es necesario llegar a acuerdos amplios.

(*) Lo que pagamos para que grandes empresas consumidoras de energía se comprometan a dejar de consumir en el caso de que el Sistema Eléctrico Nacional necesite más energía de la disponible. Así, cuando se producen picos de demanda, la reducción del consumo por parte de estos consumidores garantiza la estabilidad del Sistema.

 

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